Mauricio Dayub no es una persona común y corriente, aunque lo parezca. Tiene el don de una extraordinaria expresividad, que le permite transmitir poesía desde el escenario solo con su cuerpo, sin necesidad de emitir una sola palabra. Por eso, la sensibilidad extrema que el público experimenta viendo sus obras, no es casual.
Actúa, escribe, dirige, produce. Conoce todo el camino que debe recorrer la palabra para tomar sentido. Y desde hace 20 años tiene su propia sala, el Chacarerean Teatre, donde sintetiza todas sus capacidades y talentos.
En 2021 recibió el Konex de Platino, que se suma a una interminable colección de reconocimientos: 7 Premios ACE, 6 Estrella de Mar, además de los galardones José María Vilches, María Guerrero, Argentores, Leónidas Barletta y Florencio Sánchez.
Nacido hace 63 años en Paraná, Entre Ríos, Mauricio Dayub supo desde muy chico lo que quería ser, pero el proceso para poder lograrlo y dar el primer paso hacia la concreción de su vocación, llevó su tiempo, hasta que un día, en la facultad, dijo "basta".
Hay una frase que siente que lo identifica y que recurrentemente cita en sus espectáculos "Creo que ser feliz es ser de grande lo que uno se imaginó cuando era chico". Debe ser por eso que se lo ve tan pleno cada vez que pisa un escenario.
Los recuerdos de su infancia en Paraná, invaden los ojos de Mauricio Dayub cuando -con sus cuatro hermanos- las aventuras fantásticas se hacían reales, ahí, en el campito, hasta la hora de cenar. ¿Por qué su vocación tiene que ver con el barrio?. La importancia del circo en su niñez.
Imágenes capturadas con moto G22
La frase de cabecera de su papá -de profesión viajante-, que decía todo sin decir nada específico y que marcó a fuego a los hermanos Dayub a la hora de hacer las cosas. El funcionamiento del hogar, la tarea de su mamá, la labor de "la Teli" Ester para mantener la cordura hogareña y una historia familiar que describe el movimiento en una casa con mucha gente.
Mauricio Dayud reconoce que a los 5 años supo que la actuación era lo suyo, pero que no fue hasta que vio la película inglesa "Melody" (de 1971) que pudo confirmar su verdadera vocación. Su "misterioso" interés por ir a la Iglesia, y el porqué la familia lo mandó seguir.
Como si fuera la escena de una película, Mauricio Dayub supo, en plena clase, que ese iba a ser su último día de facultad. Sabia que el problema venia después: cómo decírselo a sus padres. La estrecha relación con Rafael, su hijo. La emoción que aflora cuando habla de él y la confirmación que "la semilla no cae muy lejos del árbol".
Sin ser concretamente religioso, se puede decir que Mauricio Dayub en un hombre de fe, quizás de una más mundana y cotidiana, que sólo requiere saber mirar. La palabra adecuada en el momento correcto. Del pronóstico más catastrófico que aventuraba en el estreno de la obra "El Amateur" al éxito con más de 25 años de vigencia.
Mauricio Dayub se reconoce como un agradecido de las cosas que ha tocado vivir, de sus carencias y de su historia como buscavidas. Su preocupación por sus "clientes" y la necesidad de trabajar lejos del centro.
Mauricio Dayub tiene dos obras en cartel como protagonista, la multipremiada "El Amateur" y la biográfica familiar "El Equilibrista" y una como director, "Inmaduros", protagonizada por Adrián Suar y Diego Peretti.
Por qué necesitó hacer en la Argentina de hoy la "segunda vuelta" de su emblemática obra y traer nuevamente a escena los sueños de "El Pájaro" y "Lopecito".
Con "El Equilibrista", Mauricio Dayub recorrió el mundo y se permitió contar desde el corazón, la parte oculta de su familia. Los secretos mejor guardados, descubiertos en un viaje casual. Como él mismo dice "El equilibrista es la historia que cada una de nosotros podría contar acerca de su vida, si pudiera volver a ser niño".
Hace apenas unos meses, Mauricio Dayub editó su primer libro de cuentos: "Alguien como vos", una serie de relatos basados en acontecimientos de su vida, que certifican su sensibilidad a la hora de contar historias humanas.
Disfrutar de Mauricio Dayub en escena -y en dos obras emblemáticas- es uno de los privilegios que ofrece la cartelera teatral porteña. Tener la posibilidad de reír mientras se está llorando por la emoción es una de las cosas que logra en los espectadores este actor entrerriano, que juega en el escenario, mientras su figura se agiganta y nos lleva de la mano a un mundo lúdico y de sentimientos puros.
"Cuando llegué a ser adulto me di cuenta de que estaba en un problema: no me gusta la vida de los adultos. No me gustan la resignación, los cumplidos, los bancos, ni los remedios. Me gustan la ilusión, la euforia, la expectativa, la posibilidad. En eso ando. Por eso este espectáculo" explica Dayub en el programa de mano de "El Equilibrista" y, claramente, está en lo cierto.