Tras haber confirmado su separación, Flor Vigna y Matías Napp tuvieron que atravesar el duelo de distintas maneras: ella eligió refugiarse en su familia y amigos y concentrarse en el trabajo, mientras que él tuvo que recurrir a un 'coach de vida personal’ para poder superar a su ex pareja.
"Es la primera vez que mezclé lo personal con lo profesional y ahí fue cuando realmente me desequilibré un poco. No me arrepiento de nada, pero me afectó", explicó Napp y precisó que el coach lo ayudó a manejar esa situación. "Me dijo que uno tiene que disfrutar", añadió.
Por su parte, Flor aprovechó sus vacaciones de "Una semana nada más" para viajar a Lobos y hacer su vuelo bautismo y tirarse en paracaídas. Así, luego de una breve charla, saltó junto a un instructor desde tres mil metros de altura y realizó una caída libre de un minuto a 200 kilómetros por hora.
Tras esa experiencia, Vigna viajó a Brasil para tomarse un descanso.