El Teatro de Flores fue testigo de un espectáculo cargado de nostalgia y emociones, cuando "Ritual 87", la banda conformada por los fundadores de "Los Piojos", regresó a los escenarios después de catorce años desde el último recital de la legendaria agrupación.
Micky Rodríguez en voz y bajo, Dani Buira en batería y percusión, y Chucky de Ipola en teclados, se reunieron una vez más para revivir los "buenos tiempos" y brindar un show inolvidable. Acompañados por Nahuel Gordillo en guitarra y bajo, Romulo Arnoldi en guitarra y Kevin Gunsett en armónica, "Ritual 87" se presentó ante un público ávido de rock nacional.
Desde el comienzo del espectáculo, la energía desbordante y la emotividad se hicieron presentes en el escenario, generando una conexión especial con los fanáticos que anhelaban escuchar nuevamente los clásicos de Los Piojos en sus versiones originales.
La banda no decepcionó y, a lo largo de la noche, interpretó un recorrido de las placas más emblemáticas de Los Piojos. Los temas resonaron con fuerza en el teatro, transportando a los asistentes a tiempos pasados y recordando la importancia de la música en sus vidas.
Micky Rodríguez demostró su carisma y talento vocal, cautivando a la audiencia con su característica voz rasposa y potente. La habilidad de Dani Buira en la batería y percusión se hizo evidente, manteniendo el ritmo y la intensidad de las canciones. Chucky de Ipola, con sus teclados, añadió matices y texturas que enriquecieron la interpretación de los temas.
El repertorio elegido por "Ritual 87" abarcó desde los clásicos más conocidos hasta joyas ocultas de "Los Piojos". Cada canción fue recibida con entusiasmo y se convirtió en un himno colectivo, con el público coreando y disfrutando de cada acorde. La comunión entre la banda y los espectadores era palpable, creando un ambiente festivo y cargado de emociones compartidas.
Una de las sorpresas más destacadas del show fue la aparición del "Mono" de "Kapanga" en el escenario, acompañado por su hijo. Esta inesperada colaboración desató la euforia de los fanáticos piojosos, quienes disfrutaron de la energía y el talento combinados de ambas bandas. Fue un momento especial que resaltó la camaradería y la unión en la escena del rock nacional.
La banda logró transmitir la esencia y el espíritu de "Los Piojos", recordándonos por qué se convirtieron en un ícono del rock argentino. La energía, la pasión y la calidad musical estuvieron presentes de principio a fin, dejando a los fanáticos satisfechos y ansiosos por más. Ritual 87 demostró que la música trasciende el tiempo y sigue siendo capaz de unir a las personas a través de la pasión compartida.