Con Incorrectas, el nuevo programa que por su título parece aproximarse a una apreciación que la defina, aunque ella se esmere en mostrarse como indescifrable y lejos de ningún molde, Moria Casán, regresó a América, canal en el que sembró huella con sus talk show como Amor y Moria y Entre Moria y Vos.
“Es un programa netamente angelado. Me parece que voy a ir para otro lado, voy a innovar. Yo ya todo lo que hice en talk show, que rompió todo, no lo voy a hacer. Creo que no se puede hacer más; primero que hay cosas que no se pueden hacer más y después porque no me gusta repetir nada. Igual uno lo va a encontrando a medida que va haciendo el programa también”, proclama con la seguridad que suele vender.
“En entretenimiento entra la cosa de farándula, entra la vida, y cualquier tema. Todo lo que sea actualidad. Somos muchas, tenemos el mejor director que es Del Pozo. Un equipo fantástico. The Best. Como el término panelista está tan malamente devaluado hasta por la prensa misma y yo le tengo el máximo respeto, digo que les prohibo llamarnos panelistas. No quiero que eso. Además, durante una hora y media ninguna va a poder mirar el celular. Ya qué estamos metidas en el mundo pantalla quiero que nos metamos en la pantalla y visualicemos con ella y la atravesemos, que le lleguemos a la gente mirándola, no mirando los teléfonos”, asegura la diva con sabiduría. Y de inmediato redobla la apuesta. “Vamos por otro lado. No somos panelistas, pero estamos siempre listas. Somos incorrectas, sin filtros y sin vueltas. El grupo es heterogéneo, es ecléctico, está bueno. Son mujeres divinas, con una gran personalidad y determinación cada una en su estilo”. Rodeada de mujeres en tiempos en que la palabra, la expresión y el sentir de las mismas se hace valer más que nunca, Moria siente que cobra una potencia inusitada. “Empoderamiento femenino absoluto, ‘vaginocracia’ a full”, desliza inventando palabras que solo en ella son aceptadas con naturalidad.
“Yo soy una feminista no agresiva, ni adelante, ni atrás, al lado del hombre. Yo adoro los hombres”, aclara la intérprete recurrente de capo cómicos inolvidables como Jorge Porcel, Alberto Olmedo y Tato Bores. “Y los hombres están pasando un momento difícil también, tienen que entender muchas cosas. Están descolocados por el poder femenino, tienen que acomodarse. También salen de un lugar nuestro que es un agujero peligroso. Entonces tienen un complejo existencial de por vida. Mirá que hay agujeros para salir y justo salen de éste. Tienen que asumir que este agujero es una caja de Pandora. Entran cosas, sale gente”, se ríe con fuerza. Desapegada y abierta al continuo devenir de la vida, dice no sentir nostalgia ni añoranzas por absolutamente nada. “No extraño nada y soy desarraigada porque sino no podría vivir. Con 50 años de profesión y la cantidad de películas, temporadas y casi 3000 funciones de Brujas nada más, no podría. Si extrañara cada vez que me voy, estaría somatizando, viviría enferma”, comenta con expresión superada. “Cada cosa es un desafío, es un renacer, es como nuevo. En este caso al programa me lo habían ofrecido, pero como estoy cómoda en el Bailando, lo venía postergando. Puedo hacer las dos cosas. Sí Marcelo vuelve con Showmatch después del Mundial en principio volvería con él”.
Siempre provocadora y a puro vértigo asume: “Yo soy trans desde que nací, soy transgresora. Así que mi incorrección va, no en romper reglas todo el tiempo porque soy muy educada, pero siempre transgredo. Creo que viene todo porque debuté desnuda en un escenario. ¿Entonces con qué te empezás a cubrir?, con tu propia luz, Y además fui la primera que firmé contrato para que no se cosificara. A partir de ahí mi vida fue una incorrección en el mundo del espectáculo. No te entra ninguna oscuridad por el cuerpo”, asume.
“Para mí no hay competencia porque si pienso que hay competencia, no pienso nunca en los demás. Me enfoco absolutamente en mí, en lo que tengo que hacer y en mi gente. No me importa en absoluto el resto”. - ¿Nada te hace mella? Nada. No hay ningún punto en donde me pueda entrar la oscuridad porque debuté en bolas. Te acostumbrás a cubrir con tu propia piel, con tu propia luz, con tu propio intelecto. Cada persona es única por una razón filosófica. La tarde me parece que se ha convertido en el prime time de la tele y me parece muy bien. No es que lo tome como un desafío. Desafío ya es estar 50 años arriba de un escenario. Desafío es estar 50 años en este “ispa”, permanecer y trascender y que te sigan ofreciendo cosas y que me sobre tanto trabajo que me gustaría dárselo a todas las personas que hacen de mí. Eso es ser una elegida por el universo. En eso no tengo competencia.
comentar