Nazarena Vélez es una de las famosas que mayor interacción tiene en las redes sociales. En esta cuarentena la actriz suele subir videos a diario, por canjes, en situaciones domésticas y también pasando alguna imagen hot o hablando desde la intimidad con sus seguidores de distintos temas. La última de las historias fue la que mayor repercusión tuvo en las redes ya que se metió con su parte más oscura y dolorosa de su vida cuando fue adicta a las drogas.
"Fui adicta". Con esa frase Nazarena Vélez decidió titular el video que publicó en Instagram y su canal de Youtube sobre la adicción a las anfetaminas que sufrió durante diez años. Buscando generar conciencia y en medio de la polémica por los tratamientos que realizaba el Dr. Mühlberger en la clínica que clausuraron, Nazarena contó cómo comenzó su trastorno alimenticio: "Cuando arranqué con las publicidades a los 14 años empezó mi trastorno. Yo era muy pendejita, muy estúpida y me guiaba mucho por lo que me decían".
Según contó Nazarena, este mensaje lo grabó para ayudar a las chicas que muchas veces van a un casting y terminan siendo maltratadas. "En los castings de publicidad me habían dicho que estaba un poquito gordita. Siempre fui muy alta, mido 1.72 y en ese momento pesaba 50 kilos y me decían que estaba 'gordita’. Con ese peso me pedían bajar de un día para el otro 4 kilos", reveló la actriz.
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Los efectos de esos insólitos pedidos sobre su cuerpo no tardaron en pasarle factura: "Empecé a hacer idioteces que te arruinan la vida y el organismo, como tomar laxantes y diuréticos. Me arruinaron para siempre porque nunca más pude ir al baño normalmente"’.
Luego habló de las pastillas para adelgazar: "Lo mismo pero por diez son las anfetaminas. Sentía que tenía que estar cada vez más flaca. Una amiga me dijo 'ay tengo unas pastillas que son geniales pero te van a dejar un poco seca la boca’. No saben lo que son esas pastillas. Yo estuve diez años y siempre fui consciente de que eran malísimas, pero me gustaba el resultado 'mágico’ que daban. Te sentís como el ojete y no comés. En mi caso, yo temblaba y todo el mundo me lo comentaba".
Y contó cuál fue su momento más crítico: "A mí me salvaron la vida mis viejos, un día me pasé de pastillas, me levanté con el corazón que me hacía 'bum, bum’ y pensé que me había agarrado un infarto. Fue hace diez años, tenía 35 años. Le conté a mi mamá que me había mandado una cagada, que necesitaba que me ayudara porque ese día sentí que me moría. Se vinieron de Puerto Madryn y se quedaron tres meses al lado mío".