Tanto Ortega como Salazar no disimularon la emoción que significó la especial ceremonia organizada por sus hijos. Un set musical que contó con Cacho Castaña, Charly García y hasta Oscar Martínez y Beto Casella. Rosario y Julieta, espléndidas.

No hubo vals, ni ingreso ampuloso, según confirmaría la propia Luciana Salazar ayer por la tarde, pero Ramón Palito Ortega y Evangelina Salazar tuvieron en el Hotel Faena, a la altura de un festejo de las Bodas de Oro de ensueño. Agasajados por sus seis hijos, con numerosas celebridades y la música como eje del festejo volvieron a conmoverse como la primera vez. Quienes supieron revolucionar al mundo del espectáculo en los 60 con la televisión de la boda más mediática conducida por Pipo Mancera, concluyeron satisfechos el sábado por la noche: “Ya no podemos pedirle nada a la vida”.

Y fueron muchos los que quisieron estar cerca del cantante y la actriz en su celebración. Por un lado, Cacho Castaña, quien con su pareja no se cansó de elogiar la generosidad del creador de La Felicidad, a lo largo de toda su carrera, como el propio Charly García, amigo incondicional del artista tucumano durante más de una década. Pero no fueron los únicos músicos que se acercaron para felicitar a la novia y a su compañero. Juanse, Celeste Carballo, Nito Mestre e Iván Noble, ex pareja de Julieta Ortega, tuvieron un momento para zapar y cantar las canciones simbólicas de nuestro cancionero popular.

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Por cierto, tanto Julieta como su hermana Rosario, se distinguieron como las más lindas de la ceremonia, lo mismo que Luciana Salazar. Pero el resto de los hijos del matrimonio no desentonó. Igual, los varones, Martín, Sebastián, Luis y Emmanuel, optaron por un perfil más bajo sólo para dejar en claro quiénes fueron los protagonistas de la noche. Un video emotivo y un show que incluyó hasta el mismísimo Beto Casella y Oscar Martínez (Mientras Ana María Picchio, acompañaba sus ocurrencias con palmas), sirvió para dejar a todos más que satisfechos.

Aún así, Palito se sinceró: “No sé si hay una certeza, sostuvo en relación a tanto amor, si uno la tuviera, la escribe, hace un best seller. Las cosas se dan, y uno va luchándola. Hoy un señor me decía que cumplía 60 de casado, porque ya con la tercera mujer iba a cumplir veinte”, ironizó Palito, acaso quitándole el costado más solemne al especial festejo.

Es un día muy importante para nosotros. 50 años de convivencia, de logros, de felicidad, de pasar momentos no tan buenos y otros geniales. Así es la vida. Pero fueron muchísimas alegrías, y los hijos nos las seguirán dando”, reflexionó Evangelina, sincera. Después su esposo explicó por qué se entusiasmó con la celebración. “Me quería volver a casar porque en ese momento no me di cuenta, había tanto griterío que me perdí la ceremonia”, asumió. Al menos este sábado, sus hijos la armaron a su medida.

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“Renovar los votos con Francisco será algo imborrable”

“Haber renovado los votos con el Santo Padre fue una emoción muy grande. Tuvo palabras muy cariñosas y elogiosas para con nosotros, nos dedicó mucho tiempo. Realmente fue una mañana de mucha felicidad”, declaró Palito, allá por principios de marzo de este año, sin poder contener el entusiasmo que le generó el encuentro con el Sumo Pontífice.

La reunión también desarmó a la actriz. “‘Me acerqué al Papa y vi esa mirada tan dulce, además de las palabras elogiosas que nos dejó. Eso no me lo voy a olvidar en toda mi vida”, asumió Salazar.

"Francisco tuvo palabras muy cariñosas y elogiosas para con nosotros, nos dedicó mucho tiempo. Realmente fue una mañana de mucha felicidad", recordó Palito.

“Les agradezco por son un verdadero ejemplo de lo que debe ser un matrimonio y una familia. Y ustedes son gente querida y muy popular, y es muy importante que muestren esto: que puede ser’’, había manifestado Francisco el dos de marzo, cuando la pareja decidió renovar sus votos de casamiento. “Mirá lo que fue el destino: con un argentino, que es el padre espiritual de la cristiandad del mundo”, analizó el cantante, honrado con las casualidades del destino. “Y el Papa nos bendijo los anillos. Le estamos muy agradecidos a la vida”.

Aquel viaje en el Vaticano, quedó resonando entre el matrimonio y su entorno, acaso por esto, la noche en el Faena, también motivó algunas charlas en las diferentes mesas del evento. Francisco, después de la pareja, fue la palabra más escuchada en voz baja.

Con los vaivenes que les significó vivir en distintos destinos (Miami y una Tucumán encendida, durante el paso de Ortega por la política), Palito y Evangelina celebran un presente en paz.

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