Aunque el público la recuerde todavía por sus carreras en vestido de baño y a cámara lenta por las playas de Baywatch, Pamela Anderson, que cumple hoy 50 años, ha dejado parcialmente de lado su imagen de “sex symbol” para enfocar sus esfuerzos en el activismo y la defensa de los animales.
La actriz y modelo canadiense fue uno de los mitos eróticos más explosivos de los años 90, hasta convertirse en la mujer con más portadas de la revista Playboy, pero ahora aparece frecuentemente en los medios por motivos muy diferentes: su apoyo a organizaciones de defensa de los animales, su apuesta por el veganismo o su presunto romance con Julian Assange.
“Soy una activista ‘sexy’ a tiempo completo. Ultimamente me han descrito como una ‘bizarra poeta política’ y lo tomo como un cumplido”, dijo Anderson en un discurso en mayo en París al recibir un premio por su labor filantrópica.
“Nunca quise ser una actriz. Eso fue un golpe de suerte. Quería hacer lo que estoy haciendo ahora”, añadió sobre su trabajo como activista la actriz canadiense.
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