El tan esperado encuentro sucedió el domingo a la noche tres semanas antes de que Sugar baje el telón. Susana Giménez fue a ver a Laurita Fernández, quien reemplaza desde abril a Griselda Siciliani: “Todo estuvo fantástico, esta obra es mágica”, dijo. Susana vio la obra desde el palco con su hija Mecha y su yerno Joe Miranda y elogió el trabajo de Laurita. “Me encantó”.
En esa noche, la diva aprovechó para desmentir versión de su vuelta al teatro con Guillermo Francella a las tablas: “Me encantaría, pero por ahora no hay nada al respecto”. Este lunes en el ciclo de Los Angeles de la Mañana (El Trece), Laurita contó los entretelones del encuentro y si bien afirmó que se chatea por las redes sociales con Rúrik Gíslason, el jugador de Islandia mas lindo para las argentinas, aclaró los tantos: “Lo hice por pedido de las mujeres oyentes de mi programa de radio en la FM Vale”, explicó.
“Gustavo me pidió temprano que me cambiara porque diez minutos después hacíamos la foto. Me confirmó que venía Susana y no lo podía creer. Fue amorosa. Nadie sabía que iba a venir. Le agradecí porque me pareció muy bueno que viniera”. Fernández reconoció que “antes de la función, me dijo que lo disfrute. Ella estaba en la platea y hacía chasquidos y cantaba las canciones durante la obra. Muy copada. Después chateamos porque terminé muy tarde. Me dijo que le encantó. Cumplí un sueño”.
A su vez Laurita reconoció que “antes de arrancar tenía nervios, cosquillas en la panza. Pero cuando arrancó fue puro disfrute. Por chat me dijo que le encantó. Es una obra que ella ama y la hizo durante muchos años. Dijo que la disfrutó y le pareció fabuloso. Fue muy amorosa. Me dijo palabras hermosas pero me da vergüenza decirlas”.
En cuanto al chateo con el bello jugador de Islandia, Laurita aclaró: “En la radio nos preguntamos cuál era el más fachero del Mundial, y las oyentes explotaron diciendo que era el 19 de Islandia. Entonces, le escribí “hey, hello” por Instagram, y le ponía corazones... ‘I am from Argentina’, ja, ja", contó y agregó: “Yo pensé que ese señor nunca me iba a contestar. La cuestión es que al día siguiente me contestó. Ahí empecé a hablarle, pero no le decía que me gustaba, le decía pavadas para seguirle la charla”.
comentar