Pero así como están quienes se sostienen la zona genital cuando alguien se atreve a nombrar a determinadas personas por sus nombres completos, también están quienes creen que "invocar" a otros trae suerte... de la buena.
Así pasa, sin que se sepa a ciencia cierta por qué, con el Maestro Osvaldo Pugliese. Basta ver a cualquier artista lucir una foto del recordado músico en su camarín. O a otros tantos repetir tres veces su apellido.
Es que Pugliese se convirtió en una especie de santo popular, después de muerto, y hoy, a 20 años de su fallecimiento, nos preguntamos por qué.
Una versión no comprobada sostiene que el origen del mito se dio en un recital de Charly García, donde una seguidilla de situaciones desafortunadas retrasaban el comienzo del show, porque el sonido no respondía lo suficientemente bien. Hasta que a alguien se le ocurrió probar con un disco del Maestro. Y todo mejoró.
Que vuelva la luz en medio de un apagón en pleno concierto, que aparezca un instrumento perdido con sólo pronunciar el nombre de Pugliese, o que se solucionen problemas informáticos (el técnico en grabación Sergio Paoletti contó que cuando una máquina de su estudio se colgó y amenazó formatear todo el material, lo solucionó renombrando todos los archivos como Pugliese), son algunos de los "milagros" que se le adjudican al "santo".
"San Pugliese" tiene estampitas y hasta una oración, claro:Creer o reventar, lo cierto es que muchos artistas reemplazaron el clásico "Mierda" o "Merd" y para invocar a la buena suerte en sus espectáculos exclaman: "Pugliese, Pugliese, Pugliese". Y mal no les va.