Son muy festejados además los despliegues del mismo
Mendoza, que combina baile y acrobacia con
Belén Pouchan, en un exacto aquadance, desarrollado en un reloj de arena vidriado, repleto de agua, y con
Adabel Guerrero, también en atléticas danzas.
El aplauso es unánime para las exhibiciones del olímpico
Federico Molinari que en lo alto demuestra su capacidad de gimnasta de primer nivel, en su especialidad de anillas y perfectamente insertado en el espectáculo.
La multiplicidad de destreza, con todos los bailarines-acróbatas en escena, se da con una cama elástica gigante y una especie de araña circular colgada en el espacio, que tiene a los protagonistas combinando movimientos, que sostienen la atención del público.
Los escenarios sorprenden con chorros de agua, columnas de humo, bocas de fuego, que se suman a los diversos números que recrean los protagonistas, con un final a pura nieve, que escapa al escenario y cubre a los espectadores de las primeras filas.
La transición entre cuadro y cuadro, está a cargo del payaso acróbata
Bruno Pedro, más la cuota de humor que imponen los integrantes del grupo cómico
Lo Lumvrise.
Hay música en vivo, con una banda instalada en un sector alto y el canto de
Luciano Bassi y
Giannina Giunta.
También, se lucen los malambistas
Fabián Serna y
Matias Jaime, sobre la tarima superior, combinando zapateo y destreza con boleadoras.
Mendoza dijo que "después de lo que me regaló Carlos Paz la temporada pasada yo sentía una gran presión de haber traído un espectáculo de estas características, que recibió las mejores críticas y este año con algunos cambios, ofrecemos un producto tal vez superior".
"Para lograrlo cuento con un elenco fabuloso y un gran apoyo tecnológico, que lo convierte en distinto y eso es lo que debemos mantener", dijo eufórico el coreógrafo y productor del espectáculo.
Sobre el cuestionamiento que le hicieron a los
valores de las entradas ($205 a $305), aclaró: "nosotros tenemos un show muy caro tecnológicamente, y diariamente se tiran muchas cosas que deben reponerse. Tuve que bajar cosas, porque de otra manera no se podía montar, pero tenía necesidad de mostrar un show así", sostuvo.
Cuando aún la presencia masiva de turistas no se hizo presente en las sierras cordobesas, Mendoza reconoció que el mayor aporte de su público lo generan los propios cordobeses que tiene a su capital provincial, a sólo media hora de automóvil por autopista.
"Al cordobés le debo todo -reiteró- porque han hecho cosas maravillosas conmigo", acentuó el bailarín, mientras salía del teatro saludado por el público que se había reunido en las puertas de acceso, tras lo cual ascendió a una limusina.