En abril de 2016, Kim Kardashian se animó a utilizar un ajustado vestido color carne en la boda de David Grutman, dueño del restaurante Komodo, y le llovieron las críticas como granizo. Entre otras cosas, a la mediática le achacaron que no la favorecían sus curvas y que se le notaba la ropa interior.
Dieciséis meses después, la modelo argentina Floppy Tesouro se animó a usar el mismo vestido y no sólo le mostró a los críticos de la moda que era posible lucir esa prenda sino que suscitó una nueva pregunta: ¿está desnuda?
En efecto, a la figura curvilínea de Tesouro no se le notan las marcas de la ropa interior y por eso se dedicó a posar en el boliche Tequila en la presentación de un nuevo emprendimiento inmobiliario.
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