A los 89 años falleció ayer en la Ciudad de Buenos Aires el ingeniero Jorge Fascetto, fundador de DIARIO POPULAR e incansable defensor de la profesión periodística y de la libertad de prensa. Quienes lo conocieron saben de su trato franco, afable y directo, lejos de cualquier impostura.
Jorge Fascetto presidente de Diario Popular y del grupo El Día de La Plata, llevó una vida dedicada a la defensa de la libertad de expresión, empeño que desarrolló a lo largo de una dilatada trayectoria dentro de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), a la que perteneció y de la que fue su presidente entre 1998 y 1999. Previamente fue titular del Instituto de Prensa de la SIP. Su actividad dentro del mundo editorial se extiende a la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) y a la Asociación de Diarios del Interior de Argentina (ADIRA). Asimismo, cumplió funciones como presidente de la agencia Noticias Argentinas.
Dentro de su dilatada trayectoria, Fascetto también fue presidente del IPI (International Press Instituto) con sede en Viena.
Casado con Isabel Stunz, Fascetto es padre de cuatro hijos: María Isabel, Martín, Virginia y Francisco, este último actual director de Diario Popular.
En su libro Portazo al autoritarismo (Vivencias de mi paso por la SIP), Editorial Dunken, Buenos Aires, 2014, el empresario periodístico desgrana los pormenores de su apasionada militancia en favor de la libertad de prensa y de la profesión periodística. Militancia que lo llevó a intervenir en diversas situaciones, muchas veces en condiciones de extrema adversidad, donde el periodismo y la libertad de expresión eran puestas en situación de peligro.
Precisamente, el nombre de su libro surge de un episodio ocurrido en lo que fue su participación durante la misión internacional conjunta de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y del Instituto Internacional de la Prensa (IPI) en Venezuela, donde entrevistó al vicepresidente José Vicente Rangel, con quien Fascetto tuvo un entredicho por sus declaraciones contra los atropellos a la libertad de prensa denunciados en ese país.
"Esto provocó un intercambio violento entre el vicepresidente y mi persona al que dí término con un portazo antes de abandonar el salón de conferencias. Del recuerdo de ese incidente surgió el título del presente libro, que relata, además, muchos otros episodios que se sucedieron durante los largos años de lucha de la SIP por la libertad de información", rememoró Fascetto en el libro.
La delegación, encabezada por el presidente de la SIP, Jack Fuller, e integrada por Fascetto, entonces presidente del IPI, tuvo por objetivo exhortar a las autoridades venezolanas sobre el respeto al ejercicio de la libertad de expresión y de prensa en torno al referendo revocatorio de mandatos populares, desvinculándose de cualquier discusión o análisis sobre política o posibles resultados del proceso electoral.
La intervención de la delegación logró el compromiso de organismos reguladores del proceso revocatorio venezolano de que se garantizara el libre ejercicio del periodismo y de que no se permitieran abusos a la libertad de expresión y de prensa.
Así recordaba Fascetto su experiencia en la institución señera del periodismo interamericano: "Mi paso por la presidencia de la SIP, e integrando un sinnúmero de comisiones, me hizo conocer en vivo y en directo, por ejemplo, la violencia contra los periodistas en Colombia, que parecía una parte aceptada de la vida diaria del país, casi nunca con culpables".
La intervención de la SIP en muchos casos asumía dramáticas características, donde estaba en juego incluso la libertad y la vida de periodistas. "Estuvimos en México, donde la autoridad no protegía a los periodistas que investigan casos de corrupción o de drogas. En Guatemala, existía poca voluntad para investigar la desaparición y muerte de periodistas. Cuba registraba un centenar o más de periodistas arrestados, intimidados, encarcelados, golpeados. Venezuela violaba los derechos de los medios y de los periodistas, con total desprecio por la libertad de expresión. En Brasil aparecían crímenes impunes contra periodistas. Y en Perú el gobierno de entonces presionaba a los medios, en especial al periodismo de investigación", destacó.
Para Fascetto, la libertad de expresión y en particular la de prensa tienen un contenido que va mucho más allá de lo que su simple enunciación verbal parece encerrar y que las vincula con cuestiones que hacen a la existencia misma de la democracia. Así concebía Fascetto a la libertad de prensa: "Si la opinión pública entendiera lo que es en profundidad la libertad de prensa, los periodistas no serían asesinados, aunque todavía no hay mucha conciencia frente al asesinato de un periodista considerado un peligro para la democracia".
"No creo que pueda existir una sociedad que merezca la pena vivirse sin que en ella haya libertad de expresión y libertad de prensa. Es decir, tan sencillo como que cada uno tenga el derecho de decir, opinar y pensar sin temor a represalias".
"Como valor, la libertad de prensa es un principio primario del ser humano, que deviene del derecho natural. El ejercicio de esta no es una concesión de las autoridades, sino un derecho inalienable de los pueblos."
"Una prensa libre es la condición fundamental para que las sociedades resuelvan sus conflictos, promuevan el bienestar y protejan su libertad".
"En el ejercicio profesional, fui descubriendo que si bien hay varias organizaciones dedicadas a trabajar en la defensa y promoción de la libertad de prensa, me encontré con que la Sociedad Interamericana de Prensa hacía esto en forma organizada, esquemática, perseverante", dijo Fascetto.
"Por ejemplo en Argentina, frente a gobiernos autoritarios, a dictaduras militares o administraciones de diferentes ideologías, la SIP estuvo siempre presente, ayudando a los medios de comunicación", mencionó.
"Esto me motivó a ingresar a la SIP, viendo que defendía valores que siempre compartí. Por ello comencé a recorrer el continente para proteger y luchar por esos mismos principios, a fin de que periodistas y ciudadanos en general vivan de la misma forma", afirmó.