José Luis Calderón, de Independiente a Boca
El Boca de Carlos Bianchi, en el '98, estaba con todo: venía con un récord de 40 partidos invictos. Visitaba Avellaneda para disputar el último partido del campeonato y conseguir un nuevo título invicto. Hasta que apareció "Caldera", la paró de pecho, se dio vuelta y le rompió el arco a Óscar Córdoba. Impresionante.
Martín Palermo, de Boca a Independiente
De ese gol, quedó una imagen: el alcanza pelotas de Independiente tirándole una a Oscar Ustari, como para que saque rápido. Golazo de Martín, que puso un zurdazo imposible para el arquero.
José Luis Chilavert, de Vélez a River
Quizás, por confianza, fue uno de los mejores. El paraguayo salió corriendo de su arco cuando vio el tiro libre en la mitad de cancha. Podía ser una jugada más: pase corto y a otra cosa. Pero él llegó a la pelota al grito de "correte, correte" al árbitro Carlos Mastrángelo, pateó y la puso por arriba del "Mono" Burgos, que se cayó mientras trataba de seguir la insólita trayectoria de la pelota. Bombazo.
Rodrigo Palacio, de Banfield a Independiente
También fue por arriba, Palacio. Mariano Barbosa le sacó rápido. Él recibió sólo en el círculo central y no dudó: remató y superó por arriba a Carlos Navarro Montoya. Un golazo del bahiense en uno de sus primeros partidos.
Lucas Licht, de Gimnasia a Independiente
El "Rojo", otra vez, involucrado. El arquero sacó rápido y mal. Se la sirvió al lateral izquierdo del "Lobo" que recibió y siguió la premisa principal para hacer un gol de mitad de cancha: no dudar, estar convencido del remate. La clavó al segundo palo, a pesar de que la trayectoria era más complicada. Golazo.
Santiago Silva, de Newell's a Arsenal
Un poquito más delante de la mitad de cancha, Silva paró una pelota de pecho, giró y le pegó sin mirar el arco. Mérito total del uruguayo, cuando disputaba sus primeros partidos en el fútbol argentino. Fortísimo zurdazo.
Cristian Fabbiani, de Independiente Rivadavia a Almirante Brown
El "Ogro" estaba gordo de talento. Y de ravioles, sí. Pero el talento seguía vigente. Pícaro y audaz, le pidió a su compañero que, en el saque, le adelantara la pelota unos metros. Él, con esa sobredosis de confianza que lo bañó durante toda su carrera, pateó. Así, de primera, sin escrúpulos. La colgó de un ángulo. A los 9 segundos —5 de trayectoria de la pelota—, se fue a bailar al córner para festejar el gol. Un crack.
Marcelo Vidal, de Independiente a Patronato
Audacia y huevos. Así se explica el tremendo golazo del volante central que ahora juega en Olimpo. El pibe, a tres minutos de terminar un partido fundamental por el ascenso de Independiente, le pegó al arco en un tiro libre que estaba atrás de la mitad de cancha. La puso. No es que cayó llovida: fue una trayectoria recta, veloz y potente. Golón.
Leandro Gracián, de Independiente a Banfield
El "Tano" le enseñó al "Ogro": de movida, mientras el "Taladro" seguía festejando el gol del empate, pateó al arco. Fue tan rápido que ni el director de cámara de la transmisión televisiva llegó a engancharlo en vivo. No fue un tiro impresionante, pero alcanzó para salir a festejarlo al alambrado.
Juan José López, de River a Boca
Por contexto, el mejor de todos. Puro talento el del "Negro" para cortar en la mitad de cancha, pasarla y patear como con el puntín, con el pie apenitas debajo de la pelota, en una mezcla de picarla con patear fuerte. Inatajable para Rodríguez, que quedó enredado con la red. Uno de los mejores goles de la historia del "Superclásico".
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