Un 0 a 0 con dos lecturas. Sabor a derrota para Independiente que quería meter presión arriba; gusto a victoria para Aldosivi, que amenazado en tramo final del torneo por el fixture más exigente para los que pelean por la permanencia, cosechó su cuarto punto de seis disputados en el tándem San Lorenzo - Independiente.
Así, el Rojo aflojó su zancada que, en pos de su objetivo más alto, pelear por la punta del torneo, es un estancamiento que le puede costar "tachar la doble". Eso sí, por ahora, se metió entre los que se clasifican para la Libertadores, premio consuelo para no perder la sonrisa antes de cambiar el chip para pensar en la revancha del miércoles ante Alianza Lima por la Copa Sudamericana.
De lo ocurrido en Mar del Plata hay que decir que la primera parte mostró un trámite muy pensado entre los dos equipos; Independiente asumiendo la iniciativa, manejando la pelota y explorando en qué sector podía encontrar espacios como para lastimar. Y Aldosivi dispuesto a impedirle esa tarea con mucha gente destinada a la recuperación, y un plan de juego que apuntó a réplicas rápidas tratando de sorprender el adelantamiento del rival. De entrada Independiente tuvo una aproximación muy clara, tras un centro de Barco desde la derecha y un cabezazo de Gigliotti que tapó Vega en gran reacción.
Pero fue una ilusión óptica en el paisaje de las emociones que, durante esos primeros cuarenta y cinco minutos, escasearon. Aldosivi se acercó con un remate de Yeri desde afuera que se fue cerca, pero todo fue muy pobre, sobre todo por parte de los Avellaneda, obligados a hacer el gasto, pero con flojas tareas de Rigoni y Gigliotti, intermitencias de Barco y Benítez, y aportes poco valiosos de Meza y Nery Domínguez al momento de cruzar el medio.
En la segunda parte la cosa no cambió demasiado. Aldosivi sabía que, gracias al triunfo con San Lorenzo, el empate ante el Rojo tendría un gran valor, aún jugando en casa. Y lo defendió con uñas y dientes.
Independiente siguió con la iniciativa pero nunca encontró profundidad, ni siquiera cuando Holan mandó a Erviti y a Albertengo. Domínguez tuvo un remate que se fue apenas afuera y Miracco, en una réplica, estrelló un cabezazo bombeado en el travesaño.
Un par de llegadas más del Rojo con una media vuelta de Gigliotti y un cabezazo de Albertengo que rozaron los palos, pero nada más que pudiera cambiar el final con sabor agridulce para los planes de uno y del otro. Sonrisas para Aldosivi y maldiciones, aunque en voz baja, para un Independiente sin tiempo para lamentos.