Pablo César Aimar suele hablar poco, pero en una entrevista que brindó a River Monumental por Radio del Plata contó cómo vive la cuarentena: “La vivo como todos, en mi casa. Vivo solo, así que la tecnología me ayuda a estar cerca de mis hijos, con quienes hablo todos los días, como con la familia. Ojalá todo esto sirva para entender quiénes son fundamentales en una sociedad. A veces estas situaciones te hacen saber que son importantes los médicos, los enfermeros, la gente de la salud y no los jugadores, o los periodistas o panelistas”.
“Con Jesús en Benfica y con Marcelo (Gallardo) en los últimos 6 meses empezó a gustarme ser técnico, y si bien enseguida no me dediqué, luego se dio la posibilidad y fue en juveniles, que es donde me siento más cómodo porque ves crecer como jugadores a los chicos. Cuando lo decidí quería que fuera con juveniles porque ahí podés equivocarte y sirve para aprender. Disfruto mucho ver cómo crecen y cómo se van preparando”.
“Mientras sos jugador de fútbol, desde las inferiores hasta el retiro, estás alejado de las cosas que vivís, cosas que te preparan para vivir una vida. Cuando te retirás tenés que acomodarte a otra vida para la que no estás preparado. Es difícil y costó mucho. No pensé que me iba a costar tanto. Es que jubilarse a los 35 años es difícil, porque sos joven y te tenés que reacomodar a tu familia, a otra vida y ver desde dónde sos útil".
“A mí ese poquito tiempo con Gallardo me bastó para tomar cosas. Creo que logró algo muy importante que es poner a River en los más alto, con una manera de jugar y con el mensaje de ganar siempre, que es lo que se hace en los equipos grandes. Tiene algo que rescato siempre que es eso de la buena energía, que es tan importante. También la intensidad y la exigencia, que es de club grande. Es mejor jugar en un equipo así que en otro que puede empatar".
“Yo tengo en claro que los futbolistas somos unos privilegiados, no lo pongo en duda, pero también me acuerdo de bajarme en Lugones a las 6.30 con 3 grados bajo cero. Fue muy duro a los 15 años estar en la pensión, tanto que la primera vez que vine me fui a los 3 días. Fue muy duro, pero luego ves toda la carrera y es una satisfacción. Igual siempre me pregunto qué hubiera sido de nosotros si los ingleses no hacían las reglas del fútbol”.
“Hay una historia con la camiseta, cuando Gallardo se va al Mónaco. Me agarró Ramón (Díaz), que le gustaba pincharte, y me dijo si me atrevía a usarla, con su manera, y yo le dije que sí, obviamente. Y para eso me ayudaron mucho que había gente noble y buena en ese plantel que me ayudó mucho”.
“Con Javier (Saviola) fue con el que mejor me entendí en River. Tengo una relación de amistad con él todavía, pude jugar nuevamente con él en Benfica. Es una muy buena persona, buena gente. Con Ariel (Ortega) tengo un recuerdo hermoso. Me fueron a buscar al colegio de River para entrentar con la primera y no tenía ni botines. Ariel agarró y me regaló unos botines. Todavía me acuerdo de los botines que me regaló. Con Javier jugamos con él, que ya había jugado el Mundial. Fue increíble cuando volvió a River”.
“Es lindo. A veces me da vergüenza. Debe ser que de chico me vio en River y luego cuando se fue a España yo tuve un buen tiempo en Valencia. Yo siempre me preguntaba qué sentía Enzo cuando lo elogiaba Zidane”.
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