El fútbol es uno de los fenómenos sociales que nos atraviesa a todos, independientemente de la clase social, edad y de nuestras creencias. Todos conocemos este deporte, aún los menos ‘futboleros’. En la Argentina se vive y respira fútbol y hasta está presente en nuestro lenguaje cotidiano.

Es por eso que la Superliga Argentina de Fútbol (SAF), la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación, nos unimos bajo el lema ‘Primero la escuela’ para impulsar una campaña que busca que los chicos completen la secundaria. Uniendo las dos esferas, deporte y educación, queremos que la pasión que el fútbol genera también anime a los jóvenes para terminar sus estudios.

Este domingo, en el entretiempo del clásico del sur, Banfield-Lanús, se difundirá el segundo spot para dar a conocer las principales causas de deserción escolar en nuestro país y concientizar a los espectadores para prevenirla. Los jugadores de ambos equipos se sumarán a la iniciativa sosteniendo juntos, antes del partido, la bandera que alienta a terminar la escuela.

Cada año, un 10% de los estudiantes secundarios abandonan los estudios. Esta caída da como resultado que de un grupo de alumnos que comienza a cursar la secundaria solamente el 50% llega junto al final. Algunas de las problemáticas más frecuentes que sufren están vinculadas con situaciones familiares, una propuesta educativa no alineada a los intereses de los chicos, condiciones de salud deficientes y Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). Estos datos son devastadores y por eso trabajamos para garantizar una trayectoria gratificante, exitosa y equitativa para que nadie tenga que ‘colgar los botines’.

‘Primero la escuela’ tiene por objetivo central contener a los chicos en las aulas e inculcarles la importancia de estudiar. Sabemos el lugar que ocupa el fútbol en nuestra vida, y que este deporte se comprometa con la educación significa tener a los mejores jugando en nuestro equipo. Orientada a alumnos, padres, docentes y a la sociedad en general, la campaña busca que el verdadero ‘sueño del pibe’ sea terminar la escuela.

Finalizar los estudios otorga autonomía. Los chicos y las chicas que concluyen el secundario amplían sus márgenes de libertad para ser lo que desean en la vida. Completándolo, están más cerca de desarrollar una vocación, de realizarse a partir de un oficio. En ese sentido, según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) en el primer trimestre de 2018 el 12% de los estudiantes de 15 a 18 años no estudian ni trabajan. Se observa en general que los alumnos con secundario incompleto se encuentran con fuertes desventajas para ingresar o desenvolverse en el mundo laboral y acceder a una mejor calidad de vida.

El problema de la deserción escolar se aborda mediante distintas líneas de acción. Una de ellas es ‘Asistiré’, que nació para generar alertas tempranas ante el riesgo de abandono, tanto por inasistencias reiteradas como por trayectorias irregulares. Asistiré ya se implementó en escuelas de gestión estatal de 43 municipios de la provincia de Buenos Aires. Actualmente hay 3.212 alumnos en seguimiento. De ellos, 660 habían dejado de asistir y regresaron a la escuela; otros 1.445 alumnos en riesgo de abandono mejoraron su asistencia. De esta forma, el 65% de los estudiantes cubiertos por el Programa sostiene su escolaridad.

Nuestra meta es llevar el dispositivo a todo el país. A través del financiamiento del Banco Mundial Asistiré se extenderá a seis provincias más en 2019 y otras seis el año siguiente.

Esta iniciativa, además de reincorporar a los chicos a la escuela nos permite conocer historias de vida emocionantes, como el caso de un chico de la Escuela 12 de Luján que perdió la condición de alumno regular por inasistencias. A pesar de que tenía un buen rendimiento se sentía desmotivado y no iba a la escuela. Las promotoras de Asistiré hablaron con él y su madre a fin de conocer su situación, sus intereses y también haciéndole saber la importancia de terminar la secundaria. Como a tantos chicos, le gustaba el fútbol y el deporte. A partir de la intervención del programa volvió a la escuela y asiste en forma continua a clase, mientras que a contraturno entrena en el polideportivo de la localidad.

Además, desde el Programa Nexos, una política que articula el nivel superior con la escuela secundaria, impulsamos y coordinamos estrategias educativas especialmente focalizadas en el último año, a través de programas de tutorías y la formación de vocaciones tempranas, con el fin de que nuestros jóvenes no solo terminen sus estudios sino que piensen en continuar formándose.

También estamos otorgando becas de terminalidad para que aquellos estudiantes mayores a 18 años cuenten con un ingreso mensual que los ayude a graduarse. Por eso este año ampliamos y fortalecimos las Becas Progresar para que ningún chico deje de estudiar.

El fútbol ofrece la oportunidad de encontrar un punto de unión, sin que importe el partido político al que pertenecemos, la condición socioeconómica ni el credo que profesamos. Ese espíritu debe estar presente en la educación con vistas al desarrollo del país que soñamos. En tiempos de copas y clásicos, más allá de nuestras diferencias, deberíamos comprender lo parecidos que somos, el entusiasmo que nos iguala. Somos apasionados, nos gusta competir, estar en lo más alto del podio. Ese ímpetu que nos impulsa en el fútbol debe contenernos también en la escuela, y hasta el final.

En el fútbol todos sueñan con alcanzar el título y así como nosotros alentamos a nuestro equipo, hoy los jugadores alientan a los jóvenes para que consigan el suyo, el de la escuela secundaria.

Por Alejandro Finochiaro

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