Con este panorama, no demoraron las acciones de peligro sobre el arco de Daniel Hernández. Porque primero, Banegas logró asociarse con Lamela y después sacudió un derechazo cruzado, para que el balón se fuera cerquita del palo derecho. Y más tarde, hubo dos desbordes consecutivos de Angel Di María, por la izquierda, y en ambos apostó por Pratto, quienes no pudo conectar ninguno de los envíos.
Para Venezuela, la ambición se concentró en alguna presión sobre los laterales, para salir rápido de contraataque, y la primera alarma recién se encendió después de los veinte minutos, cuando Rondón hizo la diagonal del medio hacia la derecha, y al pisar el área metió el tiro cruzado, sin potencia, que encontró bien ubicado a Romero. Y Argentina repitió sus recursos un rato después: centro de Rojo y cabezazo de Pratto que generó turbulencias en la seguridad del arquero local. Pero el equipo de Bauza no pasaba de las insinuaciones, y Venezuela rompió la siesta con un gol de otro partido, porque Juan Añor se jugó la personal, pasó entre tres rivales, y luego metió un zurdazo alto, al ángulo, que dejó sin reacción a Chiquito Romero, de pobre labor.
En el complemento, no hubo una rápida corrección del libreto, y se pagó caro. Porque Rondón entró guapeando entre los centrales, la mandó atrás para Martínez, quien hizo la pausa justa para dejar a Romero en el piso, y luego tocar corto, sin obstáculo, para el dos a cero. Sin muchas ideas en su juego, Argentina descontó inmediatamente con una acción individual de Pratto. que le dio vida al conjunto de Bauza, y a los "ponchazos", tras un tiro de esquina, llegó al empate gracias a un anticipo de Nicolás Otamendi. El balance final dejó un empate con sabor a poco.