En silencio, con regularidad y eficacia, Banfield ha acumulado méritos suficientes para figurar en el podio del campeonato, detrás de Boca y de River. Y aunque la realidad indica que se ubica a cinco puntos del líder y que, en consecuencia, no dependerá exclusivamente de su producción final para soñar con el título, la idea de asegurarse un sitio en la próxima edición de la Copa Libertadores también lo entusiasma. Pero en la construcción de esta versión de Banfield hay aspectos que vale recordar y destacar, porque el cielo no siempre estuvo despejado para el conjunto de Julio César Falcioni.
A comienzos de 2017, a los reclamos del plantel hacia la dirigencia por el pago de salarios adeudados se sumó el alejamiento de dos referentes: Walter Erviti y Santiago Silva, integrantes de aquel equipo que se consagró campeón -con Falcioni al mando- en el Apertura 2009. Por el talento del mediocampista, por la capacidad goleadora del delantero uruguayo y por la experiencia de ambos, el hincha sabía de antemano que sería difícil reemplazarlos, aunque, en medio de las dificultades, el mercado de pases aportó paralelamente el regreso de un hombre identificado con la camiseta albiverde: Darío Cvitanich.
El arranque de la actividad del año trajo dos derrotas, frente a Boca y a Olimpo, como para que las preocupaciones aumentaran. Sin embargo, hoy los pasos de Banfield en el certamen demuestran que la vuelta de Cvitanich fue un notable acierto y que las ausencias de Erviti y de Silva no se sintieron en la medida de lo esperado.
La misma historia se encarga de entrecruzar a los protagonistas, ya que el domingo, en el 2-1 sobre Gimnasia, Cvitanich metió su séptimo tanto en trece encuentros, con lo cual pasó a integrar el trío de máximos goleadores de la campaña. Los dos restantes, también con siete, son el propio Silva, hoy en Universidad Católica, y Nicolás Bertolo, pieza clave de la formación actual. Además, el que abrió el marcador en La Plata fue Renato Civelli, otro que regresó al club para la segunda parte del torneo y que ha sido titular en las últimas nueve fechas.
Pero no sólo de individualidades se nutre el feliz presente de Banfield. La mano del entrenador, en procura de la solidez que siempre busca, se nota en las respuestas colectivas. Y con ese combo, los frutos quedan resumidos en los 51 puntos conseguidos, 27 durante 2016 y 24 en 2017.
Las tres jornadas finales vendrán con exámenes muy duros -ante Rosario Central, San Lorenzo, Racing- y terminarán de moldear el análisis global de la campaña. De todos modos, Banfield ya ganó algunas batallas muy importantes. Por ejemplo, neutralizó las dudas que lo habían rodeado en el inicio del año, y ahora aparece orgulloso en el tercer escalón de la tabla, sólo por debajo de Boca y de River.i
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