Hay máxima preocupación entre las autoridades de Paraguay y Argentina por las amenazas con armas entre dos facciones de la barra de Independiente que viajaron a Paraguay, en la previa del duelo del equipo de Avellaneda de este martes ante General Caballero, por la Copa Sudamericana.
Los bandos protagonistas están encabezados por Juan Ignacio Lecznicki, quien comanda "Los Dueños de Avellaneda" y el histórico barrabrava Pablo "Bebote" Álvarez, de "Los Diablos Rojos".
En las últimas horas se difundió un video en las redes sociales en el que una persona con un arma larga y el rostro tapado lanzó la siguiente amenaza (parte en guaraní y parte en español): "Acá no manda 'Bebote', nosotros mandamos acá y el que tiene miedo que ni nazca por esto (y monta el arma) es todo para ellos".
Además, el propio Lecznicki se contactó con los de Cerro Porteño con el objetivo de ser acompañados durante su estadía en Paraguay.
También, anoche, el mismo "Bebote" Álvarez difundió en Twitter el comprobante del pase migratorio al país limítrofe. "Por fin unas vacaciones con amigos. Después de 5 años, todo vuelve", indicó en referencia al ingreso a tierra paraguaya para asistir al partido.
Y, según se supo, logró llegar antes que su "rival de tribuna" a Asunción. Allí se encontró con los aliados de Olimpia, que se comprometieron a defender a su facción.
En la tarde de este martes, a pocas horas del partido, Álvarez se hizo eco de la amenaza con el arma y volvió a twittear con el mensaje: "El que tenga miedo a morir Que no nazca. Yo ya estoy listo".
Junto a su mensaje se ve un video con varios micros que trasladaron a la facción de su barra, mientras que el propio líder, que grababa con su celular, iba en el asiento trasero de un auto blanco.
Ante el alerta de que se desate una batalla campal, las autoridades de General Caballero decidieron que una de las barras, la de Lecznicki, se ubique en la tribuna visitante central, mientras que la de Álvarez, se sitúe en un lateral.
Sí, parece increíble pero el club local debe ocuparse de la hinchada visitante y dividirla, para evitar peleas entre los que dicen alentar por el mismo equipo.