Thomas Müller,
verdugo de la Selección Argentina en el Mundial Sudáfrica 2010, fue la
gran figura de la velada en el imponente Allianz Arena:
convirtió dos goles, dio una asistencia y fue fundamental en la conquista restante.
Mario Gómez y Arjen Robben también dejaron su huella goleadora en el tanteador.
Lionel Messi,
al igual que sus compañeros, fue una sombra. Los alemanes lo
controlaron bien y el mejor jugador del mundo jamás pudo desnivelar.
Casi una ironía del destino, el futuro equipo de
Josep Guardiola le dio una paliza histórica al equipo que él mismo convirtió en una leyenda del fútbol de todos los tiempos.
Barcelona,
que desde el alejamiento del fantástico entrenador jamás recuperó el
nivel que supo conquistar al mundo,
volvió a recibir cuatro goles
después de seis años (el Getafe se los hizo en la Copa del Rey 2007) y
quedó muy comprometido en sus aspiraciones de acceder a una nueva final
del máximo certamen de europa.
Bayern Münich, campeón por
anticipado de la Bundesliga, mostró sus credenciales de equipazo con una
actuación colectiva para el recuerdo.
Los catalanes discutieron
mucho la actuación del árbitro húngaro Victor Kassai, que tuvo errores
en dos jugadas fundamentales:
ignoró un claro penal para el Bayern por
mano de Gerard Piqué cuando el partido estaba igualado en cero, y a
instancias de uno de sus colaboradores
omitió sancionar posición
adelantada en el gol de Gómez, el segundo de los locales.Barcelona
discutió mucho la acción del tercer tanto,
cuando Müller le hizo una
cortina de básquetbol a Jordi Alba y liberó así la marca de Robben,
autor de la conquista. Sin embargo, no hubo infracción.
La revancha será el miércoles 1 de mayo en el Camp Nou. Bayern lo visitará con una enorme ventaja. ¿Podrá Barcelona lograr la hazaña?