Hace un mes que Boca no da una sola muestra de ser un líder sólido, con fundamentos y confiable. La mediocridad del fútbol argentino le permitió al equipo del Mellizo maquillar esas falencias con resultados vacíos de fútbol, y manejar la diferencia que había construido en mejores tiempos. Bastó que un equipo armado, que sabe siempre a lo que juega, que tiene jugadores que superan la media general y con un técnico estudioso de las debilidades del adversario, para que todo explotará en cien pedazos y las dudas que existían en sobre el equipo y el Mellizo, ahora se magnifiquen.
Boca ya es un puntero incómodo, gris, con un puñado de equipos que lo sigue y lo ven cada vez más cerca y más fácil de alcanzar a medida que pasan las fechas. Ven como va perdiendo piezas, como se desarma y descascara; pero ahora entre los perseguidores se sumó River, que hoy está a cuatro puntos, pero tiene un partido menos frente a Atlético de Tucumán, es decir que, -de la forma que sea-, River va a estar en la lucha del torneo hasta el final, y eso no es lo mismo para Boca.
Recordar los lugares donde falla Boca se ha transformado en una cuestión repetitiva. De los centrales en la páginas de DIARIO POPULAR se escribe desde el verano. A la lista se le suma la blandura de Peruzzi para controlar su espalda y la marca, volantes con poco ida y vuelta que ocupan espacios pero que no desequilibran, en el medio de todo esto está el “caprichito” de Guillermo con Rodrigo Bentancur. Es complicado encontrar un partido de siete puntos del uruguayo en el último largo tiempo. Y arriba desde que Centurión se lesionó, Pavón y Benedetto se rinden mansamente ante las defensas locales. Demasiados puntos negativos para sostener un liderazgo.
Y falta algo. Guillermo Barros Schelotto no parece tener la lucidez que necesita un técnico de Boca para adelantarse a los problemas. Hace tiempo que Boca viene fallando, pero tal vez ahora, con un malón de seguidores a un par de pasos y la piña que le metió River, reaccione.
La tabla dice que Boca sigue primero y solo; la realidad hace un buen rato que muestra todo lo contrario.i