Durante este ciclo de Bianchi pudo lograrlo sólo una vez, en el torneo pasado, ante Quilmes y River. La irregularidad ha sido una constante y causa decisiva para la baja sumatoria del equipo durante 2013.

La victoria ante Estudiantes llegó como un bálsamo aliviador para todos los males de Boca y, en especial, de Carlos Bianchi. Sin embargo, está claro que ese aparente alivio sólo permanecerá en tanto y en cuando logre ratificar su levantada con otro triunfo el próximo sábado, nada menos que ante Vélez, en Liniers.

Se trata de "confirmar", como suele decir habitualmente el propio Virrey tras alguna alegría, quien agrega que es "lo más complicado, porque existe cierto aflojamiento lógico por parte de los jugadores".

De todos modos, eso suele aplicarlo, más que nada, tras la obtención de un título, y ahora sólo se trata de enhebrar dos victorias consecutivas, algo que parece casi una misión imposible desde que el Virrey comenzó su tercer ciclo, a principios de 2013. Al punto que sólo una vez pudo disfrutarlo, durante el último torneo Inicial, cuando venció sucesivamente a Quilmes, 2 a 0, en la Bombonera; y a River, 1 a 0, en el Monumental, por la novena y décima fechas.

Increíble, casi insólito, que un entrenador de la categoría de Bianchi, con el plantel que cuenta, no haya podido abrochar dos triunfos seguidos, lo que no hace más que certificar la irregularidad que este Boca ha demostrado en los últimos tiempos.

Por todo esto, el encuentro ante Vélez aparece como fundamental, no sólo por el resultado sino también para ver si este triunfo ante el Pincha sirvió para que algunos jugadores puedan levantar su nivel.

El domingo quedó claro que Boca ganó más por su actitud y oportunismo que por reales méritos de su juego. Le alcanzó con cierto orden defensivo y la tibieza de su rival para poder sumar de a tres, pero en la medida que no logre un real funcionamiento se le hará complicado repetir otra alegría.

Esto seguramente estará en la libreta de apuntes de Bianchi, quien al menos cuenta con el alivio de poder contar con todo su plantel en buenas condiciones físicas, aptos para jugar, tras superar al fin una interminable racha de lesionados.

El bajo rendimiento de sus principales figuras debe ser una las preocupaciones del Virrey, quien tendrá que volver a hablar bastante durante no sólo para que mejoren individualmente sino también para que se muevan como un bloque asociado.

La chance de tener más minutos en cancha a Riquelme puede ser una de las claves, por todo lo que aporta el enganche como organizador y por lo que influye en sus compañeros. Y en ese sentido, no se descarta para nada que aparezca definitivamente como titular, tal vez en lugar del desconocido Burrito Martínez, para que el juvenil Luciano Acosta pase a jugar más de punta, junto a Emmanuel Gigliotti. En fin, una semana clave para Boca, que irá Liniers en busca de lo que tanto le ha costado en los últimos tiempos: ganar dos partidos consecutivos

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