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El equipo carioca venció como local al elenco uruguayo por 5-0 y está muy cerca de la final de la Copa Libertadores.
Con un doblete de Jefferson Savarino y una gran exhibición de Luiz Henrique, Botafogo dio un paso gigante hacia la final de la Copa Libertadores, después de vapulear por 5-0, a un Peñarol que se derrumbó en la segunda mitad del encuentro jugado en Río de Janeiro.
El internacional venezolano desbloqueó a un conjunto brasileño que estuvo perdido hasta que se desató con cinco goles en un segundo tiempo apoteótico, tres de ellos anotados en un lapso de apenas ocho minutos. Un auténtico vendaval.
Savarino inauguró la fiesta tras pase de Luiz Henrique, a los 6 del complemento, y cuatro minutos después el argentino Alexander Barboza amplió distancias a la salida de un córner ejecutado por el 10.
El extremo de la Vinotinto repitió tras un error del arquero Washington Aguerre, a los 14, Luiz Henrique marcó el mejor tanto de la noche picando el balón ante la salida del arquero uruguayo, a los 28, e Igor Jesús redondeó el resultado a los 34.
Un resultado inmejorable para el cuadro carioca tras un partido marcado por los graves altercados que cometieron aficionados del Peñarol en una playa de Río de Janeiro y que terminaron con cerca de 300 hinchas detenidos.
Salvo una debacle en Montevideo, el club del magnate estadounidense John Textor puede ir reservando vuelo y hotel para la final del 30 de noviembre en el Monumental de Buenos Aires donde intentará alcanzar su primer festejo en el certamen. El rival: Atlético Mineiro o River Plate.
Peñarol se presentó en el césped sintético del Nilton Santos con un objetivo claro: trastabillar al máximo el desarrollo del partido, jugando en el límite del reglamento.
En ese plan valía perder tiempo, provocar al rival, simular agresiones y entrar en cualquier trifulca. Y Botafogo cayó en la trampa por un buen tiempo.
El árbitro colombiano Andrés Rojas trabajó a destajo para apagar las peleas varias que hubo en el primer tiempo.
El cuadro uruguayo también sorprendió al sacar la línea defensiva fuera del área y presionar en campo rival. Hasta rozó el gol en un buen disparo de Rodrigo Pérez.
Botafogo estuvo muy incómodo en la primera mitad. Pero el equipo del portugués Artur Jorge salió con otro espíritu en la segunda parte y se convirtió en un huracán de categoría cinco.
Savarino, que antes había avisado con un bombazo desde fuera del área, abrió el camino. y después entraron todas. Y pudieron ser más.
Ahora le toca enfocarse en el Campeonato Brasileño, que lidera con apenas un punto sobre Palmeiras, porque su billete para la final de la Libertadores parece estar asegurado.
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