Canapino se dio el gran palo de su vida y la pudo contar

Por Carlos Saavedra.- BALCARCE (Enviado especial).- Cuando en segundos, corrió como reguero de pólvora el tremendo accidente de Agustín Canapino, se le heló la sangre a muchos; otros en los boxes se asustaron y como, cuando los pilotos que vieron el palazo desde arriba de sus autos cuando iban atrás de Agustín, transmitieron su pavura ni hablar. Agustín en su corta y tan exitosa trayectoria deportiva nunca estuvo tan al borde del precipicio.
A poco de comenzar los entrenamientos se produjo el golpazo de Agustín en el Autódromo Juan Manuel Fangio; escenario clásico para el Turismo Carretera, remozado como nunca en sus 40 años de vida y, a la vez llama la atención, endeble en materia de seguridad. La pista por ej. en un sector de la recta de abajo y en la que lleva a la Olla, ante la ausencia de guardrails o paredones, está delimitada sólo por filas de cubiertas para camión apenas apiladas. También se notan que hay detalles a medio terminar.
Cuando encaraba su 3ª vuelta, Canapino salió de la Chicana (pudo romper algún elemento al pisar los pianitos, deslizó su padre Alberto, muy serio, con el rostro reflejando la angustia vivida). El Chevrolet del campeón avanzó sobre la recta principal y al arribar a la curva 1, cuando iba a unos 230-240 km/, de repente el Chivo siguió de largo, atravesó la vía de escape y al impactar con las cubiertas para protección levantó vuelo, se puso de techo, pasó por arriba de una tranquera y cerca del mangrullo donde había dos policías y un camarógrafo de la TV y desapareció al caer entre los árboles, afuera del circuito. Impresionante.
Asistido Canapino consciente si bien shockeado y dolorido, luego fue trasladado al hospital de Balcarce. Por suerte, luego de los estudios y radiografías se comprobó que no tenía nada, salvo los dolores lógicos.