"Esta vez se fue al carajo, cómo hacemos para mantenerlo en el equipo, realmente es un problema para todos”.
El dirigente de Boca que se sienta en la mesa chica a decidir cosas importantes hacía un rato que se había enterado de lo que decía la denuncia que Noelia Tozzi realizó el martes en la justicia bonaerense contra Ricardo Centurión.
Violencia de genero, amenazas, alcoholismo. Todo eso en una misma denuncia es mucho más que un choque en la madrugada con amigos o el descontrol en las redes sociales. Así lo entienden en Boca y hoy nadie se imagina comprándole a San Pablo el pase en 6.300.000 dólares que se transforman en 9 palos cuando se le suman los impuestos. “Hoy con este panorama es imposible”, juran los dirigentes.
Desde el club bajaron la guardia y siente que todos los controles internos y las ayudas que se le brindaron al jugador cuando comenzó con sus actos de indisciplina fracasaron por completo. Boca había encontrado en Centurión no solamente a un jugador desequilibrante para el equipo y revalorizado tras la partida de Carlos Tevez, sino que la gente lo había tomado como su ídolo; pero esto corta cualquier posibilidad para que Centurión siga.
Hoy en Boca se preguntan que va a pasar en las fechas que restan con el jugador. Centurión estaría en condiciones de jugar el partido contra Independiente tras reponerse de un desgarro, pero que sentido tendría ponerlo si el club no hará uso de la opción por este grave problema.
¿El Mellizo descartará a su jugador más desequilibrante en medio de la resolución de campeonato?. Nadie se atreve a decir que pasará.
Boca a través de su presidente Daniel Angelici había tomado la decisión de comprar el pase de Centurión al San Pablo, incluso había dicho públicamente que el club tenía el dinero para comprar al jugador. Ahora todo cambio porque Boca de ninguna manera realizará ese gasto para comprarse un problema, mucho más si se tiene el antecedente de Daniel Osvaldo que transcurrió sus días en Boca envuelto en problemas.
En Boca sólo preocupa ahora que la onda expansiva de esta bomba no perjudique las grandes chances que tiene el equipo de lograr el título. Perderlo sería la frutilla del postre.