A temoriza con su postura ganadora y arrasa con sus oponentes de turno. Mete presión a puro triunfo y amenaza con arrebatar el banquete casero que, durante gran parte de la velada, parecía estar servido a pedido de su rival de siempre. River brindó un festival futbolístico el lunes por la noche en el Bosque de Gimnasia, goleó, confirmó todo lo bueno que mostró en el todavía reciente domingo Superclásico de la Bombonera y va por todo.
Porque mientras se perfila para quedarse con el “1” en la tabla global de la fase de grupos de la Libertadores (importante para definir las llaves siguientes como local) se prepara para afrontar una semana clave en el frente local con el objetivo de seguir achicando distancia con el líder.
Los argumentos con los que el equipo de Marcelo Gallardo se viene imponiendo en este 2017 (solamente perdió con Lanús la Supercopa Argentina y ya suma quince juegos sin perder) están a la vista y, partido a partido, toman una mayor dimensión.
A la jerarquía individual, esa que encabeza ese trío fantástico que conforman Sebastián Driussi, Lucas Alario y Gonzalo Martínez, pero que se completa en las demás líneas con Jonatan Maidana, Leonardo Ponzio o un Ariel Rojas que se reubicó en la cancha por adentro del mediocampo para potenciar al resto de sus compañeros, hay que sumarle distintas señales tácticas con las que marca la diferencia por sobre el resto.
Uno de los secretos pasa por la manera en la que ataca. Con mucha presencia, achicando los espacios siempre para adelante, asfixiando a los rivales y recuperando muy rápido el balón cuando pasa a ser patrimonio ajeno, algo que consigue a partir de un despliegue físico superior al que muestran el resto de los competidores.
Así, todo este conjunto de virtudes lo hace de este River modelo 2017 una formación confiable y muy segura de sí misma.
Por eso, si bien en el fútbol nada está garantizado y siempre habrá margen para lo impensado (la muestra fue aquél empate ante Sarmiento en el Monumental) y cuando el resto parece decaer en su juego, el Millonario ingresa a la recta final del torneo con el tanque cargado de combustible Super.