Máximo goleador del Millo en la Libertadores, es otro de los que jugo el primer súper copero, se metió en lo que puede pasar esta tarde y el sábado 24, tirando su pronostico

T iene el honor de haber de haber debutado justo en el primero de los 24 Superclásicos coperos, el que se jugó el 10 de febrero de 1966. Y además, de seguir siendo el máximo goleador Millonario en la Libertadores, con 17 tantos. Daniel Onega nos recibió en su inmobiliaria del barrio de Chacarita en donde exhibe con orgullo un cuadro con su fallecido hermano Ermindo, por quien guarda un sentimiento parecido a la veneración.

“Tuve que sufrir siempre la comparación con él y yo no lo podía igualar”, cuenta “Tito” y además habla con orgullo de su récord: “En eso soy un poco egoísta. Me gustaría que la marca siguiera, diecisiete goles son muchos”, dice y se presta amablemente para la charla.

-¿Cuál es su sentimiento?

-Los sentimientos son favorables para River, por supuesto. Al margen de haberme iniciado ahí ya de pibe en mi pueblo, Las Parejas, éramos hinchas de River. Después tuvimos la suerte de jugar ahí, toda mi familia es de River. A los trece años, cuando vine de mi ciudad, empecé a jugar en la novena y Ermindo, que había venido dos años antes, ya estaba jugando en primera.

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-¿Qué recuerda de ese primer River-Boca de Libertadores?

-Me tocó debutar en ese partido, nada menos. Yo no sabía que iba a jugar. Estaba concentrado desde hacía dos días. River había traído a Prospiti y a Loayza. Yo ni sabía si iba a jugar. Cuando Renato (Cesarini), que había ido a buscar a Ermindo y me conocía desde hacía tiempo, da la charla antes del partido, en la concentración del club, me da dentro del equipo y no sé qué cara le debo haber puesto que Renato me dice: “Si tenés miedo no te pongo”. Yo le dije “sí, quiero jugar” y ganamos 2 a 1. Fue el debut soñado. Uno de pibe siempre sueña con jugar en primera, pero esto ya es demasiado.

-¿Cómo ve este partido?

-River creo que llega mejor en juego. Me parece que en los últimos partidos, en Boca, las que prevalecieron fueron las individualidades. En los últimos tiempos cambió mucho la formación y eso quiere decir que no hay un equipo consolidado. El equipo de River sale casi de memoria, esa es una ventaja, lástima que no puede jugar Ponzio, que es muy importante, y más, como visitante. La ventaja de Boca es que tiene más gol, llega más fácil al gol; a River le cuesta más. Todos estos partidos son especiales y se da la casualidad de que los dos llegan bien. River está muy afianzado defensivamente y además, tiene un arquero que nos sorprendió a todos.

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-¿Era tan distinta la copa antes, como se decía?

-La rivalidad existió siempre. En esa Copa nos tocó ir a Perú, a Paraguay y por lo general nos tenían un poco de antipatía, porque generalmente íbamos y ganábamos. La diferencia estaba en lo económico. Cuando Vélez nos ganó en el 68, Amalfitani dijo que la Copa no era rentable, renunció a jugarla y River hizo causa común. Hoy se matan por todo lo que significa. No se le daba la importancia de hoy. Había equipos duros, me tocó enfrentar a un Navarro, a un Silvero, Silveira, que eran duros, pero no eran malintencionados. Te querían sacar de boquilla, pero no tuve problemas. Hoy veo que se pega más, quizá por la falta de espacios.

-¿Cuál es su pálpito?

-Es difícil... empatamos en la Bombonera y ganamos en el Monumental.

-¿Qué pasó en esa copa en la final con Peñarol?

-Ese fue un partido terrible, rarísimo. Lo malo es que no fue televisado, para que se pudiera haber visto el desarrollo. En el primer tiempo ganábamos 2 a 0 con un baile...los de Peñarol se peleaban entre ellos. En el entretiempo bajó Liberti al vestuario y nos dijo “después del partido con el Real Madrid, quince días de premio para todos los jugadores”, porque parecía que el partido estaba terminado. Tenemos la mala suerte de que se nos lesiona Sainz y en la copa de antes no se podía hacer un cambio hasta el final del primer tiempo. En el partido de ida se nos había lesionado Guzmán y Renato no tenía defensores. Ese partido tuvimos que jugar con Matosas y Vieytes corridos. Entonces Solari pasó de 4, Ermindo de 8 y yo de 10 y eso influyó. Hubo un gol en donde la pelota se desvió en Matosas. Después Peñarol le ganó al Real. Festejaron más el triunfo ante nosotros.

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