Delirio en el Bosque. Gritos de felicidad, grandes abrazos, lágrimas de emoción e invasión de hinchas a la cancha. Gimnasia no salió campeón, pero rompió un maleficio que lo sintió eterno con Estudiantes: después de 13 años, con un equipo lleno de pibes del club, volvió a ganar el clásico de La Plata. Un triunfo inolvidable para el Lobo, por cortar la mala racha y también por el carácter y el desarrollo del duelo.
Un bombazo de Cristian Tarragona a un ángulo, un verdadero golazo de penal, a los 41 minutos del segundo tiempo, hizo explotar a un Bosque lleno de Triperos que vivieron un verdadero desahogo. El grito de felicidad guardado por 13 años, que después de ser reprimido por 20 clásicos (11 empates y 9 derrotas), salió afuera. Ésta vez, la fiesta es y será para el Lobo.
Gimnasia ganó el clásico pero además mereció el triunfo. Dominó y por momentos controló el encuentro, tuvo al Pincha metido en su área sin poder salir. Sufrió el gol tempranero de Mauro Boselli (a los 4 minutos), quien definió muy bien dentro del área tras recibir muy solo un centro de Pablo Piatti, pero siguió concentrado en hacer su juego y lejos de golpearlo le dio más fuerza.
Con un equipo con mucho sentido de pertenencia, con siete jugadores formados en sus Inferiores, el Lobo fue puro corazón e insistencia. Con un gran Miramon en el mediocampo y un Benjamín Domínguez muy picante en ataque, el local fue más y ganó incluso con un gran nivel de Mariano Andújar, una de las figuras del duelo: el 1 tuvo dos grandes tapadas donde debió volar y también achicó bien en otra.
Gimnasia empató con la receta de Estudiantes. Como en el gol de Boselli, el de la igualdad del Lobo comenzó en un lateral y continuó con un centro. En este caso, Maximiliano Comba recibió el balón y lanzó un muy buen centro para Alan Lescano, quien puso el 1-1 con una gran definición de cabeza. Después, sobre el final, Carrillo barrió a Eric Ramírez en el área y Tarragona hizo un gol para la historia.
Como si no fuera mucho para valorar el cortar esta racha histórica dando vuelta el partido tras empezar perdiendo a los cuatro minutos, con un equipo lleno de pibes del club, también lo hizo con Sebastián Romero, el entrenador que es ídolo del club, expulsado (por rozar a un jugador del Pincha en el césped) y Pablo Romero, su hermano y ayudante también, por quejas.
Enorme triunfo de un gran Gimnasia que brilló más ante un flojo Estudiantes, desconocido, sin actitud. Un duro golpe para el comienzo del ciclo de Eduardo Domínguez, quien llegó en remplazo de Abel Balbo y había debutado con una victoria ante Huracán.
Por su parte, Chirola, quien entró a la cancha desaforado tras el final del encuentro, agigantó su historia. Gimnasia festejó como un campeonato porque logró mucjo más que ganar un clásico, acabó con un sufrimiento de 13 años con el rival de toda la vida. El festejo del Lobo durará más que una noche...
El 1-0 de Estudiantes: de Mauro Boselli, a los cuatro minutos del primer tiempo.
El empate parcial de Gimnasia: de Alan Lescano, de cabeza, a los 11' del segundo tiempo.
El 2-1 final de Gimnasia: de penal, a los 41', Cristian Tarragona desató el delirio en el Bosque.
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