Boca arrancó la semana previa al debut en la Superliga con una pésima noticia: el parte médico oficial de Walter Bou, que venía entre algodones, arrojó una distensión isquiotibial izquierdo y se perderá el debut del torneo frente a Olimpo.
Con la baja sensible de Bou, a Guillermo se le presenta un gran problema de cara al inicio del campeonato y la defensa de la corona: no tiene un reemplazo natural para Darío Benedetto.
Ante esta anemia de 9, al DT xeneize no le quedará otra que inventar posiciones, como ya hizo con Junior Benítez frente a Cerro Porteño cuando sacó al Pipa Benedetto.
Después, Boca se quedó sin nada en esa zona donde se define todo. ¿Qué pasó con los otros delanteros de ese sector?
El club prestó a Marcelo Torres a Talleres de Córdoba. Antes había vendido a Cristian Chávez a Panathinaikos de Grecia.
Boca también vendió al pibe Facundo Colidio, la mayor promesa de inferiores categoría 2000, al Inter de Italia.
Y la lista continúa: sumó a Ramón "Wanchope" Abila y lo cedió a préstamo a Huracán.
Sin Bou y el resto de los que dejaron la Ribera, Guillermo debería inventar a un punta de área con lo que tiene en el plantel. El Mellizo ya tuvo que afrontar este problema en el amistoso con Cerro en Paraguay y acudió a Oscar Benítez, que es volante o extremo. Pero el nivel de Junior en ese sector no fue el mejor. Prácticamente no pisó el área.
Después, el DT de Boca debería recurrir a otros inventos para suplir esta debilidad. Cristian Pavón o Cristian Espinoza son otros de los delanteros del plantel xeneize, pero sería raro ver a estos por esa zona.
También está Agustín Bouzat en el plantel. O en Reserva aparece Guido Vadalá y ahora Nazareno Solís, que está en el plantel que conduce Rolando Schiavi castigado después del pase frustrado a Huracán.
Con este panorama, más que nunca a cuidar a Benedetto...