Para enfrentar el sábado a Independiente Rivadavia, el DT reservaría a Marcos Rojo y Edinson Cavani. Frente a Cruzeiro iría con lo mejor.
Boca comenzó una semana decisiva en la que el sábado visitará en Mendoza a Independiente Rivadavia con la necesidad de sumar de a tres para no quedar demasiado relegado en la Liga Profesional y por otra parte preparar el partido de ida ante Cruzeiro por los octavos de final de la Copa Sudamericana, que se jugará el jueves 15 en La Bombonera.
La buena noticia es que Diego Martínez recuperará a Kevin Zenón y Cristian Medina, que ya están de vuelta de los Juegos Olímpicos. La mala es que Marcos Rojo y Edinson Cavani tienen nanas y serían reservados para jugar en el certamen continental.
Para el partido ante el necesitado elenco mendocino podría volver también Guillermo Pol Fernández, quien cumplió la sanción, y, tal vez, Cristian Lema, que se sigue reponiendo de su lesión y ya está casi a la par del resto. Por otra parte, Ignacio Miramón estará a disposición del cuerpo técnico, pero viene de una larga inactividad y habrá que observarlo detenidamente.
Otra buena es que Aaron Anselmino ya está de regreso y podría ser de la partida en cualquiera de los dos encuentros pero, aunque está en buena forma física, la falta de fútbol que suma jugaría en su contra.
Lo más seguro es que ante la Lepra mendocina, el entrenador le siga dando minutos a los nuevos refuerzos (incluso Miramón, que hoy trabajó en el gimnasdio, podría ir al banco de suplentes si llega el transfer) y deje a sus principales figuras para el compromiso ante el elenco brasileño, la serie más complicada que tendría Boca de aquí a la final del certamen continental.
Hacia ahí apuntaría Martínez, aunque sin tratar de resignar puntos en la Liga. Desde el receso Boca jugó cuatro partidos, empató tres y ganó solo uno y hoy se ubica a seis unidades del puntero Huracán. Y en medio de ellos hay otros once equipos.
Además, en la tabla anual el Xeneize sigue en zona de Copa Sudamericana, aunque no muy lejos de la de Libertadores. Y además de ganar títulos, el gran objetivo de este año es clasificar a este último certamen para 2025, además de rezar para que Nacional de Montevideo quede afuera rápido en el principal torneo sudamericano para ingresar al primer Mundial de Clubes.
Quedar afuera de ambos campeonatos a realizarse el año venidero, no solo sería una decepción para los hinchas auriazules sino que significaría un agujero importante en las finanzas del club.
Por eso en los próximos diez días Boca se jugará mucho y Diego Martínez y el plantel lo saben. Habrá que ver si tienen una respuesta futbolística, de esas que no se ven desde hace tiempo.
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