El Cata fue la gran figura de Boca y el partido y en un momento no pudo controlar su pasado como jugador de Central: pegó sus brazos al pecho, dedicándole un gesto de "frío" a los hinchas de Newell's, tras una jugada de ataque del equipo local.
Como quedó dicho, el Cata Díaz fue el sostén de una defensa xeneize que aunque aguantó el cero nunca pudo ser lo sólida que necesita el equipo. En ella debutaron oficialmente ayer los refuerzos de este semestre: el lateral Hernán Grana y el zaguero Juan Forlín.
Boca, en partidos oficiales, no mantenía el cero en su arco desde el 25 de octubre del año pasado, cuando en La Bombonera le ganó 2 a 0 a Colón. De ahí en más, pasaron cinco partidos oficiales y se sacó del medio en nueve ocasiones.
Que el Cata tenga el nivel que mostró ayer, es algo que ilusiona al hincha, ya que lo de Forlín también fue aceptable y si se ajustan algunos detalles, podría haber una dupla central que sea respetable para un club tan grande. Lo que sí parece no tener arreglo son los pelotazos cruzados que suelen ganarle la espalda a los laterales.
El que más sufre esta cuestión es Nahuel Zárate, que realmente no muestra un nivel para ser el lateral izquierdo de Boca. Por el otro sector, Grana también padece problemas en la marca.