Fútbol
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Jonathan Fabbro fue famoso en Paraguay por sus actuaciones en Cerro Porteño y la Selección guaraní, pero además incursionó como cantante tropical y hace tiempo sale con Larissa Riquelme, diosa local
Jonathan Fabbro, flamante refuerzo de River, es mucho más que un buen futbolista. En Paraguay, donde ganó notoriedad, además se lo conoce por haber incursionado en la música tropical y, claro, por la dueña de su corazón: Larissa Riquelme.
Cuando ya era figura en Cerro Porteño y la Selección guaraní, el enganche que jugó en Boca fue invitado por el grupo de cumbia Talento de barrio para cantar uno de sus hits. Allí mostró que lo suyo es el fútbol.
El video.
Fabbro, de 31 años, era pretendido por Ramón Díaz desde que el riojano volvió a Núñez, el último verano. Por entonces, la operación se cayó porque el Matador de Asunción nunca se movió de los cuatro millones de dólares que fijó como cotización. Y también -se supo- por un polémico tuit en el que se burlaba de River y su paso por la B Nacional, valiéndose de su presunto sentimiento xeneize, aunque luego negó que fuera de su autoría.
En el amor, Fabbro exhibió más aptitudes que en la música y las redes sociales, aunque también se mostró como un hombre muy celoso, a punto tal de que Larissa Riquelme anunció en abril pasado que no haría más producciones subidas de tono a raíz de un pedido especial de su media naranja.
Por supuesto, las mayores virtudes de Fabbro son sus gambetas y su pegada. Tigre, de hecho, lo sufrió en la pasada edición de la Copa Sudamericana, cuando el enganche aprovechó una pelota quieta y la colgó en un ángulo del arco que da a la popular local en el Monumental de Victoria. ¿Repetirá en Núñez?
El video.
En el amor, Fabbro exhibió más aptitudes que en la música y las redes sociales, aunque también se mostró como un hombre muy celoso, a punto tal de que Larissa Riquelme anunció en abril pasado que no haría más producciones subidas de tono a raíz de un pedido especial de su media naranja.
Por supuesto, las mayores virtudes de Fabbro son sus gambetas y su pegada. Tigre, de hecho, lo sufrió en la pasada edición de la Copa Sudamericana, cuando el enganche aprovechó una pelota quieta y la colgó en un ángulo del arco que da a la popular local en el Monumental de Victoria. ¿Repetirá en Núñez?