El árbitro argentino Fernando Rapallini dirigió Marruecos - Croacia (0-0), su primer partido en un Mundial. Acompañado de Juan Pablo Belatti y Diego Bonfa, también argentinos, redondeó una buena actuación, sin ninguna decisión polémica.
De hecho, no lo llamaron del VAR (por ende no se perdió ninguna jugada importante) y apenas sacó una tarjeta amarilla, la cual sacó en los minutos finales. Tampoco adicionó mucho tiempo con respecto a la tendencia que se venía dando en la competencia: seis en el segundo tiempo.
Tanto Croacia como Marruecos pidieron un penal en el partido, pero correctamente Rapallini no cobró ninguno. Al término de los primeros 45 minutos, el combinado europeo contó con una buena chance para irse en ventaja al entretiempo, pero Bono salió rápido, despejó el balón y se llevó puesto al atacante rival. Allí, empezó el reclamo de todo Croacia que no tuvo caso. El árbitro entendió que fue un movimiento natural, que no podía parar su cuerpo en el aire y continuó el juego.
Y, después, en el complemento, Sofiane Boufal, jugador de Marruecos, quiso sorprender a Dominik Livakovi y remató desde afuera del área. Sin embargo, su disparo se encontró con Dejan Lovren y, pese a que la pelota le dio en la mano y todo Marruecos pidió penal, el árbitro argentino no sancionó nada, ya que el brazo del defensor de Zenit estaba pegado al cuerpo. Otra buena decisión del juez.
“Es una alegría enorme. Obvio que con mucha expectativa, orgullo y la responsabilidad de que por primera vez el arbitraje argentino tendrá dos ternas para dirigir", comentó Rapallini hace unos días. La segunda terna a la que se refiere es la de Facundo Tello, como juez principal, con los líneas Ezequiel Brailovsky y Gabriel Chad. Los tres buscarán impartir justicia en Suiza - Camerún, mañana desde las 7, por la primera fecha del Grupo G.
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