Diego es un constante “tómalo o déjalo” que llevó toda su excentricidad al mismísimo Palacio del Kremlin de Moscú donde se llevó a cabo el sorteo del Mundial de Rusia 2018.
“Estoy muy cansado”, tiró Maradona en su paso por la alfombra roja, en la previa de la fiesta. “Yo no sé quién inventó que hay que hacer el repaso de las bolas del Mundial. Lo hicimos una vez y las rodillas me explotaban. Cuando dije, me voy a tirar un rato, me dijeron: Diego, hay que repetir. ¡Lo que puteé! Y ahí dije: no vengo más. Para hacer esta boludez, no vengo más, dejá. Yo no sé quién inventó esto, pero se le escapó la tortuga”, manifestó visiblemente ofuscado y acompañado por Rocío Oliva.
Después, el “10” mantuvo charlas con Carles Puyol y las otras figuras que participaron del sorteo, pero uno de los momentos de la jornada fue el fugaz y no menos fotogénico encuentro con Pelé, a quien le dio un beso en la frente.
Maradona participó activamente de la ceremonia y hasta sacó la bolilla de Croacia, el primer rival de Argentina que se conoció. Un rato antes, le dedicó un gesto y una humorada a quien sacaba la última bolilla de los cabeza de serie.
No conforme con eso, cuando le preguntaron qué le parecía el grupo que le tocó a la Selección (el D, junto a Croacia, Islandia y Nigeria), Diego tiró un palazo dirigido a Jorge Sampaoli, a quien ya le había dedicado varios dardos: “Creo que es bastante accesible por los equipos que le tocaron y porque Argentina tiene que mejorar. Argentina no puede jugar tan mal como lo está haciendo”. ¿Era necesario?