Tres atajadas salvadoras de Keylor Navas evitaron la derrota de un Real Madrid sin puntería ante el Tottenham en el Santiago Bernabéu (1-1), por la tercera fecha del Grupo 8 de la Champions League.
Después de las lecciones ligueras ante Betis, Valencia y Levante, con pinchazos de los que se debía aprender, llegaba la primera “final de grupo” como la bautizó Zidane en Liga de Campeones ante un Tottenham parapetado en defensa de cinco pero que supo hacer sufrir al campeón de Europa.
No le tembló el pulso a Zidane para apostar por Achraf en el lateral derecho, huérfano sin Carvajal, cuando todos esperaban a Nacho. Los 18 años del jugador le dan un descaro que le llevó a ser protagonista del inicio. Encarando siempre, sacando centros. El primero lo estrelló en el palo Cristiano Ronaldo de cabeza.
Nacía un partido palpitante con el ritmo esperado entre dos equipos que aseguraban espectáculo ofensivo.
Los avisos del Madrid no dejaron gol y le llegó el turno a un Tottenham que buscaba un triunfo de prestigio para dar un salto de calidad.
Kane avisó con un testarazo picado tras córner ante el que se lució Keylor Navas, rápido de reflejos. Cada saque de esquina era rematado por los ingleses con más centímetros. Fernando Llorente esperaba la suya y, mientras, pedía penal en una clara acción para marcar. Casemiro tocaba pelota y arrastra al delantero.
Los amagos acabaron en golpe y a los 28 minutos la enésima subida de Aurier con centro, lo buscó Kane sin éxito y en la marca, fue Varane el que impulsó sin querer el balón dentro de su propio arco. Otro partido con el viento en contra para el Real Madrid. No había noticias de Isco y su equipo echaba de menos su magia.
Apareció para asociarse con Cristiano y probar a Lloris. Era el inicio de las oleadas blancas. Subidas de Marcelo, otro fallo en el remate de Benzema tras pase milimétrico de Modric y un golpe de efecto antes del descanso. Kroos era derribado dentro del área por Aurier y Cristiano cambiaba el penal por gol.
Asomaba una segunda mitad de alta intensidad con el Real Madrid saliendo por el triunfo y una posterior reacción del Tottenham para acariciar la proeza.
El apagón momentáneo del local tras tanto ímpetu permitió a la visita estirar líneas. Fue cuando emergió la figura de Keylor Navas. Le sacó un mano a mano a Kane en la jugada que marcaría el partido. El remate del matador iba ajustado al palo para adelantar a su equipo. Poco después volaba al remate escorado de Eriksen.
El campeón andaba medio noqueado, sin encontrar vías de entrada ante la solidaria defensa inglesa. La aparición de Marcos Asensio, que chutó el primer balón que tocó, y la posterior entrada de Lucas no cambiaban el panorama. El Real Madrid tiene un problema en el Bernabéu al que debe buscar soluciones futbolísticas con urgencia.