Acallados los festejos por el triunfo del domingo en Mar del Plata sobre Boca, su rival más enconado, llega el tiempo en que por Núñez comienzan a sacar conclusiones de la pretemporada de cara a un futuro inmediato con agenda nutrida. Y, a confesión de partes, relevo de pruebas... Basta con echar mano a una frase que pronunció en el Minella el diseñador de la criatura.
“Nosotros mantuvimos una base, que es importante, y estamos entusiasmados como cada comienzo de año, pensando en que vamos a competir bien. Tuvimos dos buenas incorporaciones como las de Lucas Pratto y Franco Armani, pero además el colombiano (Juan Fernando) Quintero nos va a ayudar”, disparó Marcelo Gallardo ante un nutrido número de micrófonos.
Sereno, medido, el Muñeco, hábil disertante, no ocultó lo que el mundo futbolero sabe, que este River tiene oficio, que posee un libreto bien aprendido y que aunque cambien algunos nombres, la marca de fábrica está presente.
El entrenador de River tenía en claro en su cabeza que los ítems a reforzar eran el arco, la zona de gestación y el poderío ofensivo. Los repetidos desaciertos de Batalla y las dudas que no alcanzó a despejar Lux abrieron la puerta para la llegada del ídolo de Atlético Nacional.
La soledad de Ignacio Scocco durante largos tramos de 2017 en la ofensiva de River pedía a gritos un acompañante de los quilates de Pratto. Lo mismo corrió en la zona media, con escaso relevo para Pity Martínez. Ahí la ficha está puesta en el colombiano Quintero, con el aval del DT.
Es por ello que el regreso de Martínez Quarta (a Gallardo no le tembló el pulso para sentar a su lado a Maidana, uno de los históricos caudillos de su gestión) y con unos apellidos que no pueden faltar (Nacho Fernández, Ponzio, Enzo Pérez, Pity, Scocco), más la pronta asimilación de Montiel y Saracchi a las bandas, supliendo las bajas de Moreira y Casco, Gallardo sabe que lo que le queda por delante a su River es mejorar, potenciarse, si es que los tres refuerzos aportan sus granitos de arena.
Con la base sustentada, la Banda espera un salto de calidad con Armani (el arco de River es más grande desde la partida de Barovero) y un delantero con nivel de selección como el Oso Pratto.
Seguirá abierta la puerta para que entren por la misma Mora y acaso Larrondo para aportar algo “extra”. Santos Borré dio un indicio, va siendo hora que De la Cruz diga presente. Los compromisos están al alcance de la mano, para el Millo, es tiempo de dar otro envión cualitativo adelante.