Franco Armani habla con una paciencia y una tranquilidad que sorprende, si no fuera porque bajo los tres palos se comporta igual. Nada lo perturba, ni siquiera que haya decenas de cámaras y centenares de preguntas sobre la historia de una pregunta que embarga al mundo futbolero: ¿para qué selección le gustaría jugar?
“Mi sueño y mi ilusión es jugar el Mundial con la Selección Argentina; ojalá se pueda dar, yo trabajo para eso”, contesta el arquero cuando le preguntan.
Pero aclara para que no se aceleren los tiempos: “Primero, estoy muy contento por el presente y disfruto el día a día, de estar acá, de entrenar de este club, de pensar en River, que fue todo un desafío; y después, las ganas de estar en la Selección y de ser llamado están intactas, porque para eso trabajo y me esfuerzo”.
Entonces, ante la consulta de la chance de que también lo llame la selección Colombia, dice: “El trámite se empezó el año pasado, porque se cumplió el tiempo de plazo para hacerla tras los años de estadía, y trabajo y lo hice por mi señora, que es colombiana. Mi (idea en el) futuro es vivir ahí, por eso inicié el trámite”.
La situación generó ruido entre la prensa colombiana. A continuación, un reflejo del runrún en las redes sociales:
Consultado por la chance de Colombia, aclaró: “Lo mío es día a día y pensar en River, esa es la realidad. Estando acá es más fácil jugar en la Selección Argentina. No puedo pensar en Colombia, porque no tengo ni los papeles ni nadie me dijo nada, y mi sueño es jugar en Argentina. Las posibilidades están más cerca”.
¿Por qué ahora y no antes? “Antes pensaba que no miraban la liga colombiana, que les parecía menor, pero creció mucho y se nota en las competencias sudamericanas. Pero, bueno, al venir acá todo se dio más fácil y más natural. Desde que atajo en River, todo el mundo habla y yo estoy agradecido a todos los elogios que recibí”.
“No creo que influya lo de no jugar en Europa, porque si tenés un buen nivel acá y lo sostenés, podés tener una chance. En lo personal, mantuve el nivel en todos estos años y lo sigo haciendo. No hay que conformarse, porque acá el secreto es el trabajo y eso es lo que da resultado”, explicó.
Finalmente, sobre su vecindad con Sampaoli, confesó: “Nos vimos varias veces en Casilda, donde todo queda cerca y te cruzás, en las vacaciones… Varias veces nos saludamos como dos personas del pueblo donde nos conocemos todos, pero no pasó de eso y no hay que mezclar las cosas. Yo espero el llamado con orgullo y, si se da, lo voy a agradecer mucho”.