El fútbol argentino en materia organizativa y económica tocó fondo varias veces. Y cada vez, el lecho estuvo más profundo. Incontables las veces en las que los dirigentes de los clubes bajo el “manto sagrado” de Julio Grondona se reunieron para tirar ideas y buscar soluciones a un inacabable “así ésto no da para más”.
Y en ese contexto, Mauricio Macri tuvo su grado de participación. Hace 18 años, a fines de julio de 1999, la dirigencia de AFA concretó una reunión cumbre en el predio de Ezeiza para tratar las reformas a los campeonatos, los ingresos por la televisación y su reparto y el trabajo encomendado a una consultora española para “modernizar” la organización de los torneos.
Allí, el por entonces presidente de Boca Juniors procuró instalar como alternativa la figura de las sociedades anónimas, transformando a las asociaciones civiles sin fines de lucro (los clubes) en ellas. Y que los dirigentes respondiesen con su patrimonio.
Grondona nada quiso saber del asunto y en la tan mentada reunión cumbre, el entorno de Don Julio, con los por entonces presidentes de River y Gimnasia, José María Aguilar y Héctor Domínguez, frenó y diluyó la moción. Los problemas internos de la AFA recrudecieron hasta el presente pero a Macri nada ni nadie le quitó de la mente la idea. Y lo que no pudo como presidente de Boca, quiere reflotarlo desde otro escalón del poder. Un poco más alto, claro...