Cuando Marcelo Gallardo llegó a River en 2014, dijo: "Conmigo juega el que está mejor y son ustedes los que se sacan y se ponen del equipo". La frase que repiten todos los entrenadores esta vez no iba a ser simbólica, más bien acabó siendo inquebrantable.
El primer caso fue Eder Balanta, titular y revelación, pero lo puso Ramiro Funes Mori y ya aquella decisión, que causó polémicas, le dio la razón. Leonardo Ponzio en su momento no jugaba y desde el banco se ganó su lugar. A pesar de ser resistido por la gente, Gallardo lo empezó a poner, hoy casi no tiene reemplazo y todos los que vienen juegan poco y nada en ese puesto. Carlos Sánchez y Rodrigo Mora, dos que antes ni lugar tenían, fueron figuras, incluso en lugar de dos históricos que hicieron banco como Fernando Cavenaghi y Osmar "El Malevo" Ferreyra. La historia no entra a la cancha. Aquel primer equipo que salió de memoria no necesitó que le metan mano y Gallardo pudo sostener la idea de que jugaba el que estaba mejor.
Para la segunda etapa ya en 2015, tras la Libertadores, los jugadores que pidió con mucha insistencia tuvieron sus posibilidades, pero como no rindieron se les acabaron sus oportunidades, aunque quedara en evidencia el error de haberlos llevado. “Gallardo no se casa ni con los que trae” es la frase que dicen los dirigentes. Tabaré Viudez y Nicolás Bertolo, quienes jugaron las finales de la Copa Libertadores, al poco tiempo se fueron porque no rindieron. Lucas Alario, en cambio, llegó, jugó bien y no salió más, a pesar de que debía pelear el lugar con Cavenaghi y la historia.
Cuando llegó Arturo Mina arrancó con todo y al primer bajón no dudó en poner a Martínez Quarta, que debutaba en primera, y no lo sacó más. Poco le importó la inexperiencia y la trayectoria de Mina que era jugador de selección.
Mora había sido el mejor delantero de River y en una pretemporada bajó el nivel, entonces Gallardo lo puso a Sebastián Driussi. El Cabezón estaba por irse y se quedó para pelear. Todos conocemos cómo siguió la historia.
Andrés D´Alessandro fue otro que volvió y supo en carne propia que el apellido no le servía para mucho. Las vueltas de Pablo Aimar y de Javier Saviola le marcaron el terreno. D´Alessandro hasta le dejó la 10 a Gonzalo "El Pity" Martínez y terminó jugando porque tuvo un nivel superior al esperado y al año se volvió a ir tras ganar la Copa Argentina, supo que le iba a costar jugar.
Augusto Batalla tuvo su espacio y su lugar, pero el arco no le do chances y por eso trajo a Germán Lux. Otra vez lo mismo con Poroto y de golpe el tercer arquero, Enrique Bologna a quien veían muy bien, terminó atajando. Cada vez que le preguntaban a Gallardo por el arco y nombraba a Bologna había risas. El DT hablaba en serio.
Más cerca en este tiempo tuvo jugadores con buenos rendimientos como Jorge Moreira y Milton Casco, pero en un momento los dos bajaron y el Muñeco dijo basta, adentro Gonzalo Montiel y Marcelo Saracchi que con apenas 19 y 20 años, hoy por hoy son titulares.
Javier Pinola el año pasado y Jonatan Maidana ahora sufren y deben bancarse no jugar sólo por la trayectoria. El ejemplo lo toman todos y saben que los titulares de hoy pueden ser suplentes de mañana. Bien vale el repaso ahora que se debe esperar si Lucas Pratto y Franco Armani, recién llegados, arrancan de titulares.