Si alguien dudaba de la validez de Gonzalo Higuaín para lucirse en escenarios adversos, el goleador de Juventus apareció como una bestia enjaulada para liquidar al Mónaco en la semifinal de la Champions League. Pipita convirtió los dos goles del conjunto italiano con los que su equipo aplastó a los franceses en el principado.
Higuaín recuperó la violencia con dos contundentes entradas al área. Dani Alves lo encontró dos veces. En el primer gol, le sirvió la pelota con un taco en el punto de penal y el delantero llegó a la carrera para impactar un remate imposible para el arquero Subosic. Ahí, con el resultado en el bolsillo, Juventus hizo lo que mejor sabe hacer: dominar los partidos, darle una dosis de somnífero.
Sin embargo, lejos de eso, Juventus estiró la victoria con una recuperación en campo rival. Entre Paulo Dybala y Dani Alves ahogaron la salida de los franceses, que a esa altura del segundo tiempo parecían estar sufriendo el efecto somnoliento provocado por los italianos. Alves lanzó un centro perfecto al área y entonces irrumpió el Higuaín que se ve en los resúmenes deportivos: se lanzó a buscar la pelota con voracidad, anticipó al arquero y convirtió el segundo gol.
Juventus consiguió una victoria como visitante que lo deja soñar con la final de Cardiff. Tendrá que sostener el resultado en Turín. Si el encuentro de hoy obligó a que Dybala, Dani Alves e Higuaín trabajen, el del próximo martes será el momento de Gianluigi Buffon, Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini.