Boca no consigue tranquilidad. En una práctica que parecía calma, con un ejercicio táctico que había dispuesto Guillermo Barros Schelotto, todo se descontroló: a un costado, afuera de la improvisada cancha que había diseñado el entrenador, Jonathan Silva y Juan Manuel Insaurralde se agarraron a trompadas. El entrenador paró el entrenamiento y echó a los jugadores de la misma.
Las piñas fueron violentas. Los jugadores se agarraron con fuerza: de hecho, Insaurralde terminó con la remera rota, mientras Silva le repartió varias piñas en la cara. Otros jugadores del plantel intervinieron rápidamente: Federico Carrizo y Darío Benedetto fueron los primeros en separar. Y Guillermo, cuando lograron sacarlos de la pelea, les gritó: "Vayansé los dos. Y si quieren no vuelvan más". Todo ocurrió delante de un ejército de cámaras: el entrenamiento era a puertas abiertas.
Lo que no se sabe es qué ocurrió después de lo que se vio en la cancha. Ambos se fueron juntos al vestuario y, según dicen algunos periodistas que presenciaron la pelea, las piñas habrían continuado en el vestidor. Lo que tampoco está claro es cómo continuará el futuro de ambos jugadores en el club. Guillermo, en defensa, no tiene muchas opciones. Y si se queda sin ellos, estará más complicado. ¿Saldrá a buscar un marcador central?
Pero las malas noticias no quedaron ahí. Pablo Pérez se lesionó y estaría dos semanas afuera. Si el campeonato arranca antes del 3 de marzo, como desean tanto el Gobierno como varios dirigentes del fútbol argentino, el volante no llegaría en condiciones de arrancar.