Más allá de la magra cosecha de puntos heredada o el flojo nivel que exponen las figuras estelares que la rompen en las ligas europeas cada vez que se visten de selección, la revolución que se proclamó con la llegada de Jorge Sampaoli no está ni en pañales.
Y las críticas para las decisiones y planteos del DT se acumulan sin pausa, como juega su selección.
Y así, en tres partidos oficiales, la selección bajó del quinto al sexto puesto de la tabla de clasificación al Mundial de Rusia 2018 y llega a la presentación final del martes en Quito con la soga al cuello y sin margen para el error.
Está claro que son los futbolistas los que siempre tienen la última palabra porque todo depende de ellos una vez que la pelota empieza a rodar. Sin embargo, hay cuestiones muy puntuales que hacen a la función del conductor, que en esta breve estadía de Sampaoli y compañía, sólo sumaron confusión y jugaron en contra del objetivo principal. Y entonces, a partir de ellas surge interrogante: ¿dónde está el piloto?
* Inseguridad de novato y sin acertar: Jorge Sampaoli arrancó esta mini preparación para la “final” con Perú, con la firme convicción de jugar con tres en el fondo. Probó, cambió sobre la marcha a línea de cuatro, movió piezas y revirtió posiciones. Todo el ambiente del fútbol coincide que erró en el armado del plantel, en el equipo titular que puso y también en los cambios.
* Vuelco drástico: de aquél empate con Venezuela del mes pasado a este compromiso del último jueves en La Bombonera, hubo jugadores que pasaron de ser titulares a estar relegados o lejos de ser una primera opción de recambio, caso Lautaro Acosta, y otros que ni siquiera fueron parte de la lista como Guido Pizarro.
* No les da seguridad: En estas tres convocatorias (se tiene en cuenta la que dio lugar al plantel que jugó los amistosos con Brasil y Singapur) llamó a 43 futbolistas y, a excepción de Lionel Messi y Sergio Romero, ninguno se sintió titular. Y esta claro que este detalle juega en la sicología de cada futbolista porque no consigue fortalecer el aspecto de la confianza y la seguridad. En esta etapa de la selección no hay lugar para el equipo de memoria.
* Misterio o falta de tacto: su obsesión por esconder el equipo hasta último momento hizo que hasta los propios futbolistas se enteren el mismo día de los partidos, o antes a través de la prensa, como se afirma que ocurrió con Javier Mascherano en el cruce ante Uruguay, si tendrían un espacio entre los once titulares o si pasaban a formar parte de los suplentes.
* Inestabilidad emocional: a la hora de los partidos, y más allá de las indicaciones tácticas de rigor, los entrenadores transmiten distintos estados de ánimo que los jugadores captan y reflejan en su andar por el campo de juego. Y en este aspecto, el entrenador de Casilda, siempre se muestra desbordado, nervioso e impaciente. Igual que el equipo.
* Errores de discurso: Fuera de la cancha, en una conferencia de prensa en la que no mostró ningún tipo de autocrítica y sólo buscó congraciarse con los futbolistas, el entrenador también pifió.
Y encima, con el rebote que tuvieron sus conceptos en los medios y las redes sociales, se ganó las críticas y el cuestionamiento de la mayoría de los hinchas que, en su momento, lo apuntaban como el gran salvador y el líder de una revolución futbolística.
Desde su ya frase de cabecera, la misma que utilizó en Sevilla, “es momento de tener paciencia, que si yo divido la palabra es paz y ciencia”, hasta las que improvisó para analizar el rendimiento del equipo y el pobre resultado obtenido, sonaron a un repertorio muy sobreactuado y poco creíble. Es que habló de un vestuario cargado de entusiasmo con la posibilidad de ganar en Ecuador y asegurarse de esta forma una chance de repechaje y que vio un equipo muy contundente.
Por último aseguró que tiene la certeza que el equipo alcanzará la clasificación. Al menos, ojalá, en esta última reflexión no se equivoque.
Gonzalo Higuaín: marcado como el responsable principal de las pasadas frustraciones. ¿No merecer ahora otra chance?
Lucas Alario: Sin espacio ni minutos de rodaje cuando fue convocado, pero suena raro que no lo hayan convocado.
Lucas Pratto: El delantero de la era Bauza que cumplió cuando jugó, no entró nunca en los planes de Sampaoli.