Sobre las ruinas de la AFA, metáfora de la bomba que Rodolfo D’onofrio nunca activó; de la batalla que se comió a Marcelo Tinelli; o del derrumbe mismo que significó la muerte de Julio Grondona; la asamblea aprobó un balance negativo. La sala contuvo más invitados que asambleístas, ya que de movida hubo nueve menos y no todos se quedaron al final. Así, con números rojos, sepultaron el final de la turbulenta gestión de Luis Segura.
El balance del periodo comprendido entre el 1 de julio de 2015 y 30 de junio de 2016 arrojó números negativos por 223 millones de pesos que fueron explicados por la diferencia en el tipo de cambio de los resultados financieros. El factor mayoritario que empujó a esa cifra fueron los anticipos de sponsor por aproximadamente 29 millones de dólares.
Pero las cifras no se agotan allí: se estableció en 57 millones de pesos de patrimonio negativo. Es decir, si la AFA pusiese en venta todos sus activos, no le alcanzaría para volver positivos sus números. Sin embargo, en un mes se completará otro periodo: el que involucra la administración de Armando Pérez y el comienzo de la actual. “Si bien la proyección sigue siendo negativa, la situación va a mejorar”, anticiparon.
La malaria actual tiene su anclaje en el recuerdo de los Superávit con la firma de los tesoreros de turno y la rúbrica de Grondona que opacaban las advertencias del tribunal de Cuentas sobre los rojos internos: el dinero que los clubes le deben a la institución. Hoy, en conjunto, las instituciones deben unos 750 millones de pesos.
Fue la gestión de Armando Pérez la que se encargó de revertir esa cuestión: 1.100 millones de pesos era la deuda a mediados del año pasado. Con diversos planes de pago, la redujeron al monto actual y la estructura de Tapia continuará con el recupero del dinero y establecerá intereses para nuevos empréstitos.
Además ese balance contará con las mejoras en el contrato con la indumentaria oficial y el ingreso aportado por el nuevo administrador de los derechos audiovisuales. Por ello, la asamblea terminó con una reivindicación a la gestión elegida dos meses atrás y que espera dar vuelta los números y volverlos como Don Julio procuraba: en superávit.
La asamblea de este martes sirvió, además para elegir nuevos miembros de la Comisión Fiscalizadora, Tribunal de Disciplina, Ética y Apelaciones, entre otras. La elección fue a sobre cerrado con voto secreto y tuvo apenas dos abstenciones: una en el de Apelaciones y otro en el de Disciplina.
De todos los nombramientos el más controversial fue que confirmó a Fernando Mitjans su puesto, al que accedió en tiempos de Julio Grondona. El escribano resistió pese a que lo revocaron en FIFA y a las escuchas que revelaron una conversación con el titular de Boca, Daniel Angelici, atendiendo un pedido en favor del club.
Mitjans será secundado por Sergio Fernández, sobre quien se recuesta la confianza de los nuevos miembros. “La semana que viene vamos a continuar la institucionalización de la AFA con los nombramientos de la comisiones”, adelantó el presidente Claudio Tapia, al final la asamblea, como marco un punto final entre “la vieja AFA” y la que conduce.
Pero los nombramientos demoraron algunas decisiones. Por un lado, Rosario Central se anticipó y su vicepresidente Ricardo Carloni abogó porque las nuevas autoridades se encarguen del caso que tiene en vilo a su club: una sanción por lo que en el Canalla reconocen como folclore del fútbol.
En tanto, Belgrano se queda en lo inmediato sin la sanción definitiva para su caso ya que tras la muerte del hincha en el clásico juega sin público de manera cautelar.