Sin jugar, Boca se coronó campeón del Campeonato de Primera División. El triunfo de San Lorenzo ante Banfield en el Nuevo Gasómetro de este martes decretó que el Xeneize no tiene perseguidor que pueda alcanzarlo. Mientras el plantel se prepara para el partido ante Olimpo en Bahía Blanca, miles de hinchas se juntaron para celebrar en La Bombonera y el Obelisco.
El equipo de Guillermo Barros Schelotto se adueñó de la punta en la fecha 13 del torneo y nunca más se bajó de lo más alto. Con 58 tantos a favor (el máximo del Campeonato) y 22 en contra, ostenta la mejor diferencia. Además, junto al Taladro, es el que más partidos ganó en el certamen (17) y el que menos perdió (5).
Desde los números, no hay ningún reproche que se le pueda hacer a Boca, aunque las exigencias para los de La Ribera fueron las más altas: la eliminación semifinales de la Copa Argentina a manos de Rosario Central decretó que el Xeneize con disputaría la Copa Libertadores y que en el primer semestre de 2017 no tendría otro objetivo más que el Campeonato local.
Con River en un gran semestre, que incluyó clasificación a octavos de la Libertadores, la sensación que recorría La Ribera es que nada más que la vuelta olímpica aplacaría la ansiedad bostera.
En el inicio del camino, allá por la primera fecha del Campeonato, todo parecía indicar que Boca sería el cuco. La dirigencia había cumplido algunos de los caprichos del DT y Carlos Tevez, que nada parecía indicar dejaría el barco a mitad de camino, estaba bien rodeado. Ricardo Centurión, los colombianos Sebastián Pérez y Wilmar Barrios, Santiago Vergini en la zaga y Darío Benedetto se sumaban al engranaje que ya tenía protagonistas como el Apache, Fernando Gago y Pablo Pérez.
Al principio, Boca no tuvo todas las luces. Estudiantes y San Lorenzo se llevaban todos los flashes y con desempeños sólidos se disputaban la punta.
Recién cuando se acercaba el fin de la primera parte del torneo aparecieron los resultados y el rendimiento. La seguidilla de triunfos por las fechas 11, 12 y 13, ante San Lorenzo, Racing y River, le dio la confianza necesario al xeneize, que se fue al descanso de verano puntero.
A pesar de la tranquilidad de la cima, las incertidumbres por el rendimiento también acompañaron al equipo del Mellizo en el segundo tramo. Los rendimientos flojos de la zaga y el no poder cerrar algunos partidos clave, que le habrían dado más aire, hicieron que los Barros Schelotto metieran mano. El último sacudón se lo dio River en el Superclásico de la jornada 24 disputado en La Bombonera.
Con la derrota ante el Millonario por 3-1, la dupla técnica tomó algunas de las decisiones que reclamaban desde las tribunas de La Bombonera: Peruzzi, Vergini, Insaurralde, Fabbra y Bentancur, afuera; y Jara, Magallán, Tobio, Silva y Barrios, adentro. El cambio fue en toda la estructura defensiva.
Así, Boca fue evolucionando hasta la recta final, momento en el que ganó tres de los cuatro partidos que disputó (Newell´s, Independiente y Aldosivi), y no le dejó margen a Banfield y River, los equipos que hasta el final soñaron con dar la vuelta olímpica.