Era un arquetipo de la garra boquense. A los 80 años se fue Carmelo Simeone, el primer y auténtico Cholo. Había llegado a Boca proveniente de Vélez, en el año 1962, casi como contrapeso de Eugenio Callá, un delantero que hizo pocos goles, y se quedó seis años con la Azul y Oro, ganando los torneos de 1962, 1964 y 1965.
Una vez tiró la pelota a la calle, superando la línea de los palcos, en un rechazo. Le decía a Roma "cuanto más lejos, mejor", cuando el Tano pretendía que salieran jugando.
"Vivo en la casa de siempre, en Ciudadela", decía hace ocho años, con orgullo, en un reportaje radial. Hasta hace algunos años, se lo solía ver cortando el césped de las canchas del complejo de Casa Amarilla.
Tenía a la humildad como sello distintivo, a pesar de todo lo que ganó. Hoy ya es una estrella más en el firmamento boquense. El recuerdo que dejó será imborrable.
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