El reparto de dinero de la Superliga no convence a los clubes grandes, que perdieron la pulseada ante medianos y chicos por sostener el sistema heredado del Fútbol Para Todos.
En la reunión de Comité Ejecutivo de ayer, los dirigentes le dieron forma a una idea para que en 2018 se desarrolle una competencia paralela que no arroje resultados deportivos, sino económicos.
La Copa, entonces, no constituirá un título oficial para su ganador, aunque sí un monto de dinero que le permitirá un plus sobre el resto ¿De donde saldrá el dinero?
La competición tendrá sus propios auspiciantes y algo fundamental: su propia pantalla.
Turner y Fox comparten el negocio de la Superliga, pero no tienen derechos sobre otro campeonato. Si la Copa se cristaliza y desean las transmisiones, deberán pujar con entre sí o hacerlo en conjunto contra otros oferentes.
La iniciativa no fue siquiera votada, aunque fue bienvenida por los dirigentes que entienden que nace una fuente de dinero. Está, además, será la oportunidad para consensuar un nuevo reparto que servirá como ensayo para luego extrapolar al reparto del torneo oficial, que otorga estrellas y clasificaciones a distintas competiciones.
La novedad no aportará plazas para la Libertadores o Sudamericana ya que a estas competencias se accede por invitación de CONMEBOL a las distintas asociaciones que la integran y luego estas definen el modo de clasificación. La Superliga no integra la Federación sudamericana, sino que depende de la AFA, que si es miembro.
El mayor problema que debe atravesar este torneo es la escasez de fechas que tiene el fútbol para disputar los distintos torneos si tenemos en cuenta que se juega además de la Superliga, Copa Libertadores, Copa Sudamericana, Copa Argentina, además de las fechas FIFA. La llegada del nuevo torneo obligará a buscar fechas que hoy no parecen fácil encontrar.