Las idas y vueltas de la mentada Superliga parecen enrutarse en los próximos días. La salida de Marcelo Tinelli del contexto de AFA también repercutió en el formato de la Superliga aprobada en el estatuto de la asociación, que ahora reformulará sus conceptos para comenzar en agosto. Tendrá a los 26 equipos que conserven la categoría tras la finalización del presente torneo, más los dos ascendidos de la B Nacional.
El torneo será largo, a una ronda, con la única revancha para los denominados clásicos o emparejamientos.
Los detalles del armado se completarán una vez que se ajusten detalles de organización de la Superliga. A la ausencia de Tinelli, el presidente de Boca Daniel Angelici ganó la pulseada y los aspectos comerciales, administrativos y de marketing serán llevados a cabo por un CEO.
La elección no será potestad de los dirigentes: una consultora será la que llevará adelante la búsqueda de los perfiles y luego la elección. Quien resulte seleccionado, tendrá la libertad de decisión pero el comité ejecutivo -que integrarán la totalidad de los equipos de Primera- podrán removerlo.
Pero no solamente funcionará el comité ejecutivo: habrá una suerte de consejo directivo integrado por siete clubes y ese aspecto aún no está resuelto. Una postura es que lo conformen los cinco grandes, un club “chico” y otro del interior. Otros creen que quienes ya forman parte del comité de AFA que preside Claudio Tapia, no pueden formar parte del andamiaje de Superliga. Y una tercera posición, que plantea el consenso sin importar el “linaje”.
Eso deberá estar acordado antes del 20 de mayo, fecha en la que celebrarán una asamblea para reformar el estatuto y darle la puntada final a la categoría. Las diferencias con el modelo que desecharán -el que promovía Tinelli- es más afín a la estructura de la AFA. Casi, una Primera convencional con mejor marketing. De momento funcionará en un piso del edificio de Viamonte y su independencia catastral quedó pospuesta.