Con la consagración como nuevo campeón de la Copa Sudamericana, Independiente sacó pasaporte para volver a jugar la Copa Libertadores, ese trofeo siempre anhelado y que conquistó siete veces en su historia, pero además se le abre al Rojo un abanico de Copas más para poder instalar en sus vitrinas.
El primer desafío, el que asoma en febrero de 2018, será la disputa de la Recopa Sudamericana ante el Gremio de Porto Alegre, que se consagró campeón de la Copa Libertadores en la reciente final ante Lanús. La Recopa, como ocurre ahora, se disputa a partido de ida y vuelta, y los choques ante el equipo que dirige Renato Portaluppi tienen fecha prevista para el 7 y 21 de febrero.
Para Independiente representa la chance de un trofeo importante y además de tomarse una revancha frente al otro equipo de Porto Alegre. Es que cuando fue campeón de la Sudamericana en 2011 y jugó entonces la Recopa, perdió la final contra el Internacional, al que le ganó 2-1 de local (con goles de Maxi Velázquez y el colombiano Marco Pérez) pero luego perdió 3-1 en la revancha en Brasil (gol nuevamente de Maxi Velázquez).
Independiente ganó la edición 1995 de la Recopa Toyota Sudamericana al vencer 1-0 a Vélez, en final que se disputó en el estadio Nacional de Tokio, momento en que se disputaba a un solo partido en Japón.
Pero para los hinchas del Rojo es sin dudas un motivo de emoción volver a jugar la Copa Libertadores, la que obtuvo dos veces en los años sesenta, cuatro en los setenta y una vez en los ochenta.
Independiente la jugó por última vez en 2011, cuando entró por repechaje y luego no pasó de ronda en el Grupo 8 que integró con Liga de Quito, Peñarol de Montevideo (los que clasificaron a octavos) y Godoy Cruz de Mendoza.
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