El coraje de River para reponerse de sus propios errores en el empate de este domingo ante Godoy Cruz; el milagro de Rodrigo Mora, una de las grande figuras de la noche; el primer gol de Lucas Pratto y la asistencia de taco; los buenos momentos de Juan Quintero y Nicolás De la Cruz; los problemas defensivos y el mal partido de Lucas Martínez Quarta; y otro partido raro. A todo eso se lo llevó puesto el horrendo arbitraje de Jorge Baliño, que logró que todos los hinchas de River terminaran insultando al presidente Mauricio Macri en pleno partido.
Y menos mal que Diego Vera, delantero del Tomba, la tiró arriba del travesaño en un indirecto dentro del área que bien puedo haber significado un desastre mayor. Justo cuando se viene dentro de poco la final de la Supercopa Argentina ante Boca, River vuelve a tener a los arbitrajes como una granada que no para de explotar, un despelote que se arrastra desde los tiempos del VAR ante Lanús.
La guardia alta no bastó, las palabras de advertencia de Marcelo Gallardo se oyen desde hace rato y por sobre todo el clima que se viene envolviendo contra los arbitrajes, contra la AFA y con las esquirlas que vienen desde los tiempos que Rodolfo D`Onofrio quiso ser presidente de la calle Viamonte. Ya ante Huracán –por la fecha 13 de la Superliga-, con el penal que le cobraron a Gonzalo Montiel en un partido que terminó en derrota; y este domingo, con una serie de situaciones pocas veces vistas, cuesta hacer un análisis del juego, al punto que hasta Mauricio Macri recibió las broncas por no haber podido ganar.
Todo empezó con un penal muy claro a Pratto, que cuando estaba por patear al arco se cayó por una embestida de atrás del lateral rival Luciano Abecasis. Fue tan clara la falta que el delantero casi que no protestó ante la sorpresa, ante lo increíble de no ver como no habría disparo desde los 12 pasos.
Luego, en el segundo gol cuyano, la aparición del Morro García solo, adelantado, ante la vista de todos, el juez de línea Alejandro Massa no levantó la bandera y causó un coro de insultos por el dolor de un 0-2 en dos llegadas contra Franco Armani.
El descuento de Mora y el ímpetu del inicio de la segunda parte corrieron el eje hacia el juego pero Baliño y Massa, otra vez, hicieron que todos se acuerden que Daniel Angelici, Daniel Tapia y Boca –los apuntados de “manejar” la AFA por parte de un sector”-.
Jonatan Maidana fue a un cruce, tocó la pelota hacia atrás sin intenciones de pase y Armani la agarró. Baliño cobró indirecto. En minutos, todo el estadio le apuntó al Presidente de la Nación, “Mauricio Macri la puta que te parió…” estalló en el Monumental, algo que había sucedido en el estadio de San Lorenzo cuando jugó ante Boca –también el sábado en el triunfo cuervo ante Newell’s-.
Nunca visto, ni escuchado, en el Monumental, semejante cuestión política. La bronca siguió cuando levantaron la bandera en una contra que le cortaron a De la Cruz con una posición adelantada que nadie vio. Menos mal que la jugada del indirecto no acabó en gol, porque hubiera sido mucho pero el asunto.
Ahora se viene un Superclásico que va a ser imposible que no esté teñido de cuestiones políticas, institucionales y sobre todo de un país donde los dos equipos más grandes tienen la grieta metida también en el fútbol.