El domingo, ante Boca, el técnico pudo juntar por primera vez en la formación titular a los cinco chicos que se consolidaron esta temporada de la mano de Zubeldía, porque con Boca se empezó a forjar una sociedad que promete alegrías, con De Paul (que el año pasado jugaba en la reserva), Bruno Zuculini, Ricardo Centurión (fue operado en el tobillo tras su frustrada venta al fútbol ruso), Luciano Vietto (pegó la vuelta en la última fecha tras pasar por el quirófano por un hernia inguinal) y Luis Fariña, quien estuvo ausente en el arranque del certamen (no jugó el clásico de Avellaneda) por un desgarro.
No hay dudas que la explosión de estos juveniles, es una gran medalla para Zubeldía, que todavía no tiene definida su continuidad o su salida del club. "Si me voy, dejo un plantel de treinta millones de pesos" dijo el DT, quien también debe guardarse en el bolsillo el fracaso de la elección de los refuerzos, porque Saja recomendó sumar a Scocco, compañero suyo en Grecia, pero Zubeldía no dudó en decir que "Sand es el jugador que necesitamos" y hasta les dijo a sus jugadores que "él va a ser como nuestro Dios, hay que dársela siempre a él, que nos hará ganar muchos partidos". Pero fue una frase al Pepe, y el ex Lanús tiene solo dos goles en la Academia y en tres semanas tendrá que buscarse club.
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